lunes, 29 de marzo de 2021

Entrevista Susanna (Pati Blau Llibres)

 

Pati Blau Llibres; Verge del Pilar, 24, 08940, Cornellà de Llobregat - BCN


José L. Solé: Un día tan señalado como este pasado 15M la librería Pati Blau Llibres de Cornellà ha cumplido dos años desde su inauguración. ¿Qué ha significado para vosotros esta jornada tan especial?

Susanna Álvarez (Pati Blau Llibres): Para nosotras un día muy especial. Cumplir años siempre sienta bien. Aunque tanto nuestro primer aniversario como este segundo no ha podido tener una celebración como la que nos hubiera gustado, hemos intentado vivir la  jornada lo más festiva posible. Y sobre todo agradecer el apoyo que desde el principio hemos recibido por parte de la gente. Es un día de agradecimientos, sin todas las personas que creen y apoyan a Pati Blau Llibres, nada sería posible. También sirve para hacer balance, memoria y pensar en cómo seguir mejorando.

José L. Solé: Vuestra librería funciona en régimen de cooperativa, ¿Cómo se gestiona exactamente una cooperativa dentro del mundo editorial?

Susanna Álvarez (Pati Blau Llibres): Bueno, dentro del mundo editorial, no sé, deberías preguntar a alguna editorial cooperativa, seguro que es muy interesante conocer su experiencia.

Podemos contarte nuestra experiencia como librería cooperativa. Desde el principio teníamos claro que este sería nuestro modelo. Es más justo, democrático e igualitario. Tenemos un fuerte compromiso con nuestra ciudad y con nuestra comarca. Cornellá es una ciudad muy rica en entidades y asociaciones y nos encanta hacer red con ellas y crear proyectos conjuntos. También pensamos que cualquier proyecto cultural tiene una voluntad de ofrecer algo a su entorno, la cultura transforma y en eso la gestión y la mirada cooperativa tiene mucho que decir, resumiendo, es su esencia. Ser críticos e intentar mejorar la vida de las personas, también las que formamos parte de la cooperativa. La nuestra es una cooperativa de trabajo y de este modo nos hemos podido ofrecer unas condiciones laborales, de organización del trabajo y relación entre las personas que formamos parte del proyecto más justas.

José L. Solé:¿Cómo pueden competir esta clase de negocios con monstruos empresariales y globalizados tipo Amazon u otras vastas superficies que venden libros en los centros comerciales?

Susanna Álvarez (Pati Blau Llibres): (uf!) en realidad no podemos competir. Sólo podemos creer firmemente en lo que hacemos y seguir ofreciendo, cada día, nuestra mirada, nuestro trabajo y nuestro compromiso. Estar cerca de la gente de una manera humana. Creemos que esa es nuestra diferencia. Ofrecemos proximidad. Y nos encanta conocer a las personas que se acercan a Pai Blau a buscar cultura. El intercambio que se establece en ese momento, nos enriquece mucho.

Formar parte de una red de librerías cooperativas de la provincia de Barcelona y hacer acciones conjuntas para visibilizar nuestro trabajo diario y fortalecernos, juntas somos más fuertes. También con otras cooperativas de otros sectores, para demostrar que otra economía y otra manera de relación entre nosotras es posible. No competir, cooperar.

Y librerías de nuestra comarca, que, aunque no todas son cooperativas, sí tenemos el mismo objetivo en nuestros municipios, y es la idea de poner en valor a las librerías independientes y de proximidad que no estamos en Barcelona.

Asimismo, estamos en contacto con más libreras y libreros, cooperativas o no, de nuestra comarca o no (incluso de fuera de Cataluña) y donde nos apoyamos mutuamente.

En estos tiempos tan complicados que estamos viviendo… todo esto nos ha demostrado que juntas podemos hacer mucho.

Con las editoriales, sobre todo las independientes, con las que se crean espacios donde podemos significarnos.

También desde el Gremi de Llibreters, la Federació de cooperativas, los Ateneos, el ICEC, Ayuntamientos, CEGAL, etc., organismos e instituciones que nos apoyan y nos ofrecen paraguas para fortalecer esta rica diversidad que somos las librerías independientes de proximidad.

Tampoco dejaré fuera a las distribuidoras, la mayoría han reformulado su relación con nosotras, las pequeñas librerías, en estos tiempos difíciles para todas las partes implicadas.

Lo que ha quedado claro, es que todos somos esenciales en este complejo mundo que es el cultural, y en un sector, el del libro, cuyo equilibrio siempre es complejo.

Esa “gran empresa” que ha visto aumentados muy significativamente sus ingresos por los confinamientos y los cambios que hemos experimentado en cuanto al consumo de ocio y cultura debido a  las restricciones, no puede ofrecer a cambio el intercambio humano, la cercanía, la profesionalidad de una librera o de un librero; los algoritmos no te conocen, ni te miran a los ojos.

¿Y que ofrecen al territorio? ¡Ni siquiera pagan sus impuestos aquí!

¿Y a los barrios? Durante el confinamiento de marzo y abril, pudimos ver lo que sería una ciudad sin comercio de proximidad. Un desierto.

Está claro que es absurdo demonizar los cambios que hemos experimentado en cuanto a la adquisición de bienes y servicios en internet. De hecho, la mayoría de nosotras también utilizamos webs, encuentros on-line... es el modelo lo que se pone en cuestión.

Las dos propuestas pueden y deben convivir, de hecho está bien que así sea. Presencial y no presencial. Pero lo que habría que revisar son las reglas del juego. No se puede arrasar con todo en nombre del beneficio (derechos laborales, precio del transporte, descuentos encubiertos, etc.) Al menos, no debería ser así, si queremos un modelo más justo y humano para todas las personas.

Las librerías cooperativas nos hicimos eco de la reivindicación de los libreros americanos y de su campaña #Boxedout e hicimos una acción conjunta para denunciar y poner de manifiesto este modelo injusto y deshumanizado. ¡Resistencia librera!

José L. Solé: ¿Qué expectativas tienen las librerías de proximidad en la situación post pandémica actual con relación al intercambio cultural entre el establecimiento y sus clientes?

Susanna Álvarez: (Pati Blau Llibres): Bueno, está claro que nos hemos reinventado, pero como todo el sector cultural, bueno, como la mayoría de sectores.

La mayoría de las propuestas culturales no se pueden ofrecer del mismo modo que se ofrecían antes, pero hay gente muy creativa que está haciendo cosas increíbles.

Creo que la mayoría de las librerías hemos intentado cuidar el lazo que nos une a nuestra comunidad, a las personas que se acercan a nuestras librerías (presencial/virtual). Cuidando del espacio físico, para que sea seguro y lo más cercano posible, un espacio en el que puedas desconectar un rato mientras escoges tu lectura. Seguir ofreciendo lo que somos a pesar de todos los condicionantes.

Y siempre pendientes de los cambios en las restricciones para adaptarnos en cada momento.

No tengo muy claro si he contestado a tu pregunta, jajaja.

José L. Solé: En Nuestras riquezas, la exquisita novela de Kaouther Adimi publicada aquí en castellano por Libros del Asteroide y en catalán por Edicions del Periscopi, se nos relata la historia de una librería de proximidad en un barrio de Argel donde queda patente la importancia de estos establecimientos para la supervivencia de la literatura. ¿Qué función desempeña una librería como la vuestra en el tejido social de una población como Cornellà?

Susanna Álvarez (Pati Blau Llibres): ¡Maravillosa novela!

Creo que ya os he comentado como sentimos nuestro proyecto en relación a la ciudad y a nuestra comarca. No creo que cumplamos una función concreta, creo más bien, que formamos parte de la ciudad, de su rica y compleja diversidad. Y esa es “Nuestra riqueza”.

domingo, 28 de marzo de 2021

¿Existes?

 

 (Diálogo entre Winston y O’Brien, su interrogador.)

-¿Existe el Gran Hermano?

-Claro que existe. El Partido existe. El Gran Hermano es la encarnación del Partido.

-¿Existe igual que existo yo?

-Tú no existes –dijo O’Brien.

1984

 George Orwell


martes, 23 de marzo de 2021

K de Kryptonita

 


Reciclado en el contenedor verde el vidrio desechable de tus ojos.


A Kylian Morcillo desde jovencito lo rebautizaron en el barrio como ‘El Superman’,  cuando heredó de un tío calavera toda la colección de cómics editados en España del mítico superhéroe norteamericano creado por Siegel & Schuster. Le colgaron el apodo los miembros de su pandilla de primera adolescencia, refrendado a pulso por su afición a maltratar cruelmente a otros chicos menores e indefensos.

Él mismo se encargó de reforzarlo luciendo con orgullo su propio uniforme de batalla consistente en camiseta azul de mercadillo con el famoso emblema estampado en el pecho; chándal de pitillo ajustado de aquellos que usaban los antiguos deportistas de la RDA;  y bambas rojas Converse de caña alta. Los domingos de rogar y bailar también se enfundaba unos calzoncillos ajustados tipo bóxer, siempre encarnados, con un sofisticado relleno interior que disimulaba la minucia de su miembro.

Moreno, chaparro y de complexión fuerte, aunque poco agraciado físicamente, Kylian se afianzó en los andamios de la burbuja inmobiliaria e invirtió la primera paga obtenida en apuntarse a un gimnasio. Allí pasó años realzando la musculatura corporal. Conoció a una chica guapa y sencilla, su Lois Lane particular, tras engatusarla a base de promesas nunca cumplidas. La moza tuvo las agallas de abandonarlo tras un episodio de maltrato con el que Kylian pretendía enmascarar, con altas dosis de violencia, la atrofia de los dos únicos músculos que no le funcionaban del todo bien: el cerebelo y el pajarito.

El día en que estrenaba veintidós primaveras, patitos a la mar, salió a rondar la noche para celebrarlo. Pagando compañía aquí y allá, acabaron invitándolo a un ático de extrarradio para seguir volando un poco más alto. Tras un interminable batiburrillo de drogas variadas, alguien alzó una extraña botella verde de vidrio tallado que refulgió con el primer rayo de sol y propuso mojarse los labios con unas gotas de aquel extraño brebaje, antiguo elixir de poetas.

Superman tomó la botella, todavía precintada, la destapó y se vació la mitad de su contenido en el gaznate, de un solo trago. Esófago en llamas, estómago de hormigonera atrofiada, cabeza explosiva, ojos desorbitados. Frenético y desatado, agarró de una volada la mugrienta cortina roja de la cristalera que daba acceso al exterior, se la anudó al cuello a modo de capa y se enfiló sobre la balaustrada. Un último vistazo a la botella que rodaba por el suelo: “Absenta”, rezaba la etiqueta como único mensaje. La palabra no le decía nada, tan sólo el verde irreal le recordaba vagamente al de la “Kryptonita”, aquel mineral capaz de anular todos sus poderes.

El primer y único vuelo de Kylian Morcillo Burgos aterrizó con las siglas K.M.B. en la esquina inferior derecha de la página de sucesos de un periódico local.


Texto publicado en La Charca Literaria - AQUÍ


sábado, 20 de marzo de 2021

9 corto – C.J. Nieto

 


“La puerta abierta ¡no pensamos que sería tan fácil! Entras con cara de cliente y preguntas por él. El secretario, que está detrás de la mesa, duda. Lleva un traje a juego con sus ojos lelos. Te pregunta sin dejar de teclear si tienes cita. Le dices que no has podido llamar con anterioridad. Rebufa y te dice que el abogado ha salido. Cálmate, sabes lo que hay, háblale despacio, se amable. Le preguntas si puedes esperar hasta que él regrese. Contesta que no sabe si volverá: no tenía citas. Encima de la mesa hay una grapadora antigua, pesada. Es perfecta, estabas buscando algo para aplastarle la cabeza.”


jueves, 18 de marzo de 2021

Ellis Island – Georges Perec

 



Buenas noticias para los seguidores de Georges Perec (París, 1936 – Ivry-Sur-Seine, 1982), uno de los escritores más reconocidos de la literatura francesa del siglo XX, con la publicación de Ellis Island por parte de Seix Barral. Ensayo inédito hasta la fecha en España.

Alejado de la grandilocuencia de alguna de sus obras precedentes –la exquisita La vida instrucciones de uso- aquí nos brinda un texto breve de apenas un centenar de páginas, que nos remite a ese original realismo experimental no exento de pinceladas autobiográficas que enmarcan el conjunto de su obra.

Esta edición incluye un exquisito prólogo a cargo de Pablo Martín Sánchez, además de un capítulo final con documentación gráfica que ayuda a visualizar estas mil palabras leídas comprimidas  en un puñado de imágenes de la época.

LA ISLA DE LAS LÁGRIMAS

Entre 1892 –año de inauguración- hasta 1924, este minúsculo trozo de tierra flotante situado junto a la desembocadura del Hudson y muy cerquita de la Estatua de la Libertad, supuso el punto de arribada, viaje sin retorno, para dieciséis millones de personas emigradas a América desde todos los rincones de la vieja Europa. No todos ellos desembarcaron allí, si se disponía del visado que supone una cartera llena, te recibían con el consabido Welcome to America y saltabas directamente al sueño de Manhattan. En caso contrario, quedabas retenido en Ellis Island hasta que la Oficina Federal de Inmigración diera su visto bueno tras un examen pormenorizado de aptitud que incluía un test degradante (“¿Cuánto dinero tiene y de dónde procede? – Muéstremelo”, “¿Tiene amigos o familia aquí?”, “¿Cuál es su oficio?”, “¿Es usted anarquista?”, etcétera), y una exhaustiva revisión médica. Siempre hubo clases, unos ríen, otros lloran.

PASAPORTE A LA LIBERTAD

En esta segunda parte, apreciamos un cambio de tercio estilístico y la narración pasa de la redacción documental del inicio –casi un reportaje periodístico- a la poesía expresada con verso libre. Sin despeinarse, muy al contrario, crece el ritmo descriptivo de una obra liviana aunque densa en contenido. Es aquí donde conocemos la figura de Robert Bober, que rodó una película documental sobre el texto de Georges Perec, en la que el autor aportó la voz en off del narrador.

Ellis Island es una novela introspectiva que nos invita a analizar nuestra propia opinión personal sobre aquello que supone vivir en sociedad. Aquel salto del siglo XIX al XX, quizás no hemos aprendido tanto con el brinco del XX al XXI. Trata temas tan espinosos como el problema de las políticas de inmigración o la memoria de un ser humano, en teoría evolutivo. Recomendada a fanáticos de la historia universal y a lectores gourmets de la narrativa experimental. 

domingo, 14 de marzo de 2021

Como un ladrón en pleno día – Slavoj Žižek

 

“Están surgiendo nuevas zonas de actividad emancipadora, como las de las ciudades en las que el alcalde o el ayuntamiento imponen programas progresistas que se oponen a las normas estatales o federales. Abundan los ejemplos, desde ciudades individuales (Barcelona, Newark, Nueva York, incluso) hasta una red de ciudades: hace poco, muchas autoridades locales de Estados Unidos decidieron seguir respetando los compromisos para combatir las amenazas ecológicas que quedaron cancelados por la administración Trump. Lo importante aquí es que las autoridades locales demostraron ser más sensibles a los temas globales que las autoridades estatales superiores. Por ello, no deberíamos reducir este nuevo fenómeno a una lucha de las comunidades locales contra las regulaciones estatales: las autoridades administrativas locales se interesan a la vez por temas que son a la vez locales y globales. Cosa que presiona al Estado en dos direcciones. Por ejemplo, la alcaldesa de Barcelona insiste en abrir la ciudad a los refugiados, mientras que se opone a la excesiva invasión de turistas que sufre la ciudad.”


sábado, 13 de marzo de 2021

El salto de la araña – Graziella Moreno

 


“A ratos estaba como ausente, y si no salía, pasaba las tardes en la cama o en el sofá, con los ojos fijos en el televisor o mirando el móvil. En su mundo. En un mundo al que los demás no podíamos ni acercarnos. Cuando la veía en el sofá con las piernas encogidas, hecha un ovillo, me recordaba a las arañas que se quedan en un extremo de su tela, esperando a sus víctimas, atentas a cualquier movimiento. Como una viuda negra, pensaba yo, alimentándose del macho hasta que dejaba de serle útil. Y a buscarse otro. Igual ya lo tenía.”


martes, 2 de marzo de 2021

J de Justicia

 


Divina estás, programada para el fraude.


Justicia es la dama de los ojos vendados que, lamentablemente, y en reiteradas ocasiones, acaba vendiéndose al mejor postor. En una mano, la derecha, lleva una balanza con las pesas en perfecto equilibrio. En la otra, la izquierda, sostiene una espada para rebanarle la cabeza a quien ose ser más equitativo e imparcial que ella.

Platón insinuaba que todos los gobernantes que manejaran nuestras principales instituciones deberían ser filósofos. Otros listillos de la época acabaron tirándole los platos a la cabeza. Aristóteles apostó por la proporcionalidad de deberes de cada ciudadano con respecto a su estatus en sociedad, pero el gargajo no acabó de cuajar. Tomás de Aquino se llenó la boca con los desechos de los Derechos Humanos y que Dios pillara confesado a todo bicho viviente antes de emitir su veredicto. Todos ellos, y muchos más, escribieron millones de páginas sobre leyes que nadie leyó jamás en profundidad, aunque muchos quisieron interpretarlas entre líneas diagonales.

Justicia designa en la figura de los jueces, mayoritariamente hombres, a los elementos encargados de arbitrar sus designios. Los uniformiza con unos atuendos llamados togas que vienen a ser una especie de trajes negros hechos a medida, con un escudo rimbombante al estilo de la escuela mágica Hogwarts de Harry Potter, rematados con mangas ribeteadas por puñetas, unas orlas de ganchillo blanco de esas que confeccionaban las abuelas como tapetes encubridores para la mesa baja del vermú dominical. La casposa verdad orquestada por la tuna judicial, todo muy kitsch.

Justicia esconde sus ojos tras una venda —filtraciones de luz mediática permanente a gusto de los que manejan los hilos del Sistema— por aquello de hacernos creer que todos somos iguales ante la ley, actualmente también es posible que lleve oculto tras la oreja un pinganillo por donde puedan chivarle quién, de entre las partes pujantes, deposita más cobre plateado en los platillos de su balanza. Hecha la ley, hacha del Hampa, que diría aquel.

Pero a veces existen casos y cosas que escapan al influjo todopoderoso de las leyes escritas por los hombres, es entonces, y solo entonces, cuando la vieja dama endiosada, ebria de imparcialidad, debe arrodillarse, como el más común de los mortales, ante los caprichosos giros del imprevisible destino universal.

Cuando todos creemos estar en posesión de una única razón, Justicia se vuelve Divina y nos otorga su irrevocable bendición, a la mayor gloria de todo lo ecuánime, justo y neutral.

 

Texto publicado en La Charca Literaria - AQUÍ


lunes, 1 de marzo de 2021

Adieu – John William Waterhouse (1892)

 


Inclinado en las tardes tiro mis tristes redes
a tus ojos oceánicos.
Allí se estira y arde en la más alta hoguera
mi soledad que da vueltas los brazos como un náufrago.


Poema 7 – Veinte poemas de amor y una canción desesperada – Pablo Neruda
(Fragmento)