lunes, 27 de abril de 2015
Prisoners of pain
domingo, 26 de abril de 2015
München y luchen
jueves, 16 de abril de 2015
Habla, Mudito
“The natural inheritance of everyone who is capable of
spiritual life is an unsubdued forest where the wolf howls and the obscene bird
of night chatters.” – Henry James, writing to his sons Henry and William.
En ese extracto de una carta personal firmada por Henry James y dirigida a sus vástagos, que José Donoso utiliza como obertura para esta obra magna, encontramos la inspiración para ese título tan sumamente ajustado a la experiencia que vamos a tener al introducirnos de lleno en esta novela. También aprovecha el autor, sin duda consciente del monstruo que estaba a punto de engendrar, para incluir una escueta dedicatoria: PARA MIS PADRES. Y es que esta es una obra, entre otros géneros literarios que se esconden entre sus páginas, de padres e hijos… ¡y de madres, siempre Superioras, también!
Publicada en 1970 tras ocho largos años de proceso creativo (Santa Ana y Los Dominicos, Chile -1962/1963-)… e interrumpida hasta que una esquizofrenia agravada por una ‘mala utilización’ de la morfina que le administraron en un ingreso hospitalario le permitió a Donoso encontrar la inspiración divina para conseguir esa deslumbrante gestación final, que viene a corresponderse –aproximadamente, por algún ligero cambio de estilo, en mi opinión- con los últimos cinco capítulos o cien páginas finales alumbradas en: Pollença, Mallorca (1968), Juenga, Santander (ene/mar-1969) y Vallvidrera, Barcelona (mar/dic-1969); esta novela está considerada por muchos entendidos en la materia como su gran obra maestra, entre ellos el tal Harold Bloom… ¡el boom de la literatura sudamericana, tío, que no te enteras! En fin, que me apunto al carro de merecidos elogios y, por ello, voy a intentar recomendarla desde aquí:
Localizada en toda su integridad en dos claustrofóbicos
espacios cerrados a cal y canto para toda aquella persona ajena al hechizo que
transmiten sus personajes, y abierta lógicamente a su autor y, por supuesto, al
lector -convidado de piedra atemporal-; toda la trama se desarrolla intramuros
de la Casa de Ejercicios Espirituales de la Encarnación de la Chimba (una
especie de convento de clausura donde la inexplicable seducción erótica que
envuelve todo lo viejo se personaliza en su treintena de internas… además del
puñado de huérfanas a las que brindan ‘auxilio espiritual’, entre las que se
encuentra la carne fresca y pecaminosa de la Iris Mateluna, que no quiero
olvidar mencionar a esta mocita…); y en La Rinconada (hacienda particular de
Don Jerónimo de Azcoitía, a su vez propietario también del otro chiringuito
cristiano, terrateniente creador de turbias ínfulas político-religiosas que
esconde un terrible secreto, que vienen a ser dos, entre las paredes de ambas
fortificaciones… y su esposa Doña Inés, pieza clave de toda la estructura
argumental); tan sólo acudimos a una breve escapada extramuros
–estratégicamente infiltrada por Donoso- donde a través de la música que se
escapa de los altavoces de un bar reconocemos una canción de los primerizos
Rolling Stones que nos ayuda a situar la trama argumental a principios de los
años 70’ muy poco tiempo antes del golpe de estado con que el infausto general
Pinochet y las majestades satánicas que lo auparon a la poltrona, ejecutaron la
vida libertaria de Chile aquel no tan lejano 11 de septiembre de 1973. Hasta
ese momento, ya hacia mitad de novela, uno bien podría estar transitando por el
siglo XIX, tal es la asombrosa y rigurosa capacidad del autor para describir,
sobre todo, la austeridad del día a día enclaustrado sin interferencias de la
‘vida moderna’ que corrompan su particular status social… pero que a su
vez conforman una existencia multifacética, rebosante de contrastes
tremendamente imaginativos, en un mundo maravilloso donde hay mucho pensamiento
filosófico, mucha humanidad en su máxima expresión, mucho pecado espiritual y
carnal, donde igual podemos rozar la belleza que cubrirnos hasta las cejas con
la mugre y decrépita sábana que envuelve todo lo feo del mundo en su más
devastadora pobreza… donde habitan los monstruos más terroríficos que hayas
conocido jamás (¡mucha atención a la Freak Parade y a ese submundo regido por
sus propias leyes!... ah, esa Emperatriz enana y deformada, ¡que momentazos que
brinda la muy guarra!), donde una perra amarilla recorre incansable los
pasillos de la imaginación en tus pausas lectoras, y te urge a continuar en
carrera hasta desfallecer, donde todas las arañas del mundo se confabulan para
entretejer esta siniestra novela gótica de terror inmaculado y envolvente, y
donde toda una jerárquica organización de sucesos ancestrales guarda en el
centro mismo de su pútrida e imperfecta conciencia ese par de secretos
inconfesables que ya te contará Humberto Peñaloza: Mudito, para los amigos.
Mudito, para todos los habitantes de este prodigioso mundo de fantasía real.
Mudito, que ejerce de mutante narrador para el lector que ose perderse entre
sus páginas. Mudito también para José Donoso, ajetreada vida la suya, que nos
transforma en él mismo, en Mudito Mocoso, que no nos permite hablar -aunque sí
escribir, porque Mudito es creador de universos letrados-… que a veces tampoco
nos permite escuchar, ni tan siquiera ver lo que ocurre a nuestro alrededor…
pero sí que nos da carta libre para leer algo realmente excepcional: esta
rotunda, hipnótica y perturbadora a partes iguales, absoluta OBRA MAESTRA.-
miércoles, 15 de abril de 2015
Educación biparental
lunes, 13 de abril de 2015
Eduardo Galeano (1940-2015)
sábado, 11 de abril de 2015
6.- “We Work The Black Seam” - Sting
Algún día en una era nuclear tal vez comprendan nuestra rabia. Construyen máquinas que ni ellos mismos son capaces de controlar. Y entierran los residuos en un enorme agujero. La energía sería limpia y barata. Nunca más se verían caras mugrientas pero ellos prefieren que el Carbono 14 sea mortal durante los próximos doce mil años.
La veta está bajo tierra. Tres millones de años de comprensión la dejaron así. Caminamos sobre antiquísimos bosques. Y llevamos la luz a miles de ciudades con nuestras manos. Vuestras oscuras y satánicas fábricas han apagado nuestras habilidades mineras. No podréis cambiar una banda de seis pulgadas por todos los vapores envenenados de Cumberland.
Algún día en una era nuclear tal vez comprendan nuestra rabia. Construyen máquinas que ni ellos mismos son capaces de controlar. Y entierran los residuos en un enorme agujero. La energía sería limpia y barata. Nunca más se verían caras mugrientas pero ellos prefieren que el Carbono 14 sea mortal durante los próximos doce mil años.