jueves, 28 de enero de 2021

Piropos pirómanos

“¿Sabes una cosa? Eres el único hijo de puta que vale una mierda en este lugar.”



Oma Lee Greer (Susan Tyrrell)
Fat City – John Huston (1972)

martes, 26 de enero de 2021

I de Ignífugo

 


Ignacio se fugó de una celda de (des)amor.


Le anunciaron la fecha de la boda con seis meses de antelación que pasaron como el suspiro de una exhalación. Los padres de Iluminada, su prometida, insistieron en encargarse de la parte más peliaguda del enlace, la de los preparativos nupciales: fijar la fecha para el verano, en fiestas del pueblo —el de ellos—, tratar y contratar al cura regional, encargar y aforar el convite e invitar a todos aquellos familiares y amiguetes perdidos en el túnel del tiempo. Habían conseguido colocar a la nena, la última de la prole de tres hermanas, justo la que amenazaba con joderles la jubilación. El acontecimiento, protocolo de seguridad vírica incluido, merecía una celebración por todo lo alto.

El futuro yerno, aunque muy en el fondo, les parecía una buena persona. Oficiaba de vividor y se beneficiaba a la benjamina pero, les gustara o no, era la primera y única elección al respecto de su emancipación que había hecho su hija en sus cuarenta y cuatro años de existencia. Ese era el designio del todopoderoso: o el tal Ignacio o vestir de castidad al mismísimo San Pancracio.

Iluminada contaba los días que faltaban para el casorio como quién cuenta velas en un pastel de aniversario que se derrite por las costuras. Del futuro domicilio conyugal, también avalado por sus progenitores, ya había escogido el lugar preponderante que ocuparía el televisor, lo demás ya se iría andando por las ramas de la convivencia. No hay más cera que la que arde y la que resta ya quemaría en las brasas de la rutina conyugal.

A Ignacio le (des)agradaban sus suegros, sus cuñados y cuñadas, le sobraban los sobrinos… Buscavidas cincuentón sin familia ni amistades conocidas, siempre fue un tipo solitario e introvertido. Debía tomar una determinación inminente, del semestre solo restaban media docena de lunas, e Iluminada, reflexionó y se autoafirmó, ya no le provocaba el chispazo necesario para la combustión vital.

Tomó asiento en la terraza de un bar del barrio —el suyo— y pidió una cerveza. Mentalmente estudió sus cartas ante la jugada que próximamente le depararía la vida y descartó la bandejita de cacahuetes salados que esta le ofrecía. Vació el zumo de cebada en un par de tragos y se pidió una segunda oportunidad. Decidido. Sin más dilación, desenfundó el móvil y disparó al número de su prometida.

—Iluminada… he visto la luz y no quiero quemarme.

—¿Quemarte? ¿Te encuentras bien, Ignacio?

—No quiero casarme.

—¡Ignacio!

—Ignífugo.

Treinta y ocho segundos duró la despedida. Fuego para hoy, hambre para mañana, pensó mientras colgaba y eructaba a la vez. Eso es el desamor, sí señor.


Texto publicado en La Charca Literaria – AQUÍ


domingo, 24 de enero de 2021

Pólvora de paridad

 

Coloco en el suelo su última fotografía impresa, esa que publicaron los diarios, sesudos y estrafalarios, donde luce el vestido violeta que sólo se puso aquella vez, la noche en que me abandonó. Recuerdo el frufrú de la seda cuando caminaba bajo la tenue lluvia de madrugada. Rezaba mentalmente para que no apareciese un taxi perdido y quebrase aquella magia noctámbula y templada de un septiembre que prometía ser presagio de plenitud. Rememoro aquella gala en que finalmente supieron premiar su oscuro talento y los focos coloreados pigmentaron el brillo de su porvenir: “Ha nacido una nueva estrella de las letras”, ladraron a destiempo los plúmbeos miembros del jurado. Hace un lustro de todo aquello, y ella acaba de alumbrar su tercera novela. Justo ahora acabo de devorar su legajo, nuestra tercera criatura, todas ellas con título de posteridad.

En una suerte de ruleta rusa, triplicando las posibilidades de acierto, introduzco tres balas en la recámara del revólver, pólvora de paridad, e invoco a la diosa fortuna haciendo girar el tambor de mi inmunda existencia con redoble prolongado. Levanto la mano izquierda, le robo un haz de luz al maltrecho flexo del escritorio -el mismo donde todavía hoy corrijo, invento otrora intento realzar sus escritos- e ilumino aquella instantánea, que yace radiante sobre la alfombra. Apunto hacia mi sien derecha sin cerrar los ojos, presiono el gatillo… y el clic del percutor tan sólo alcanza a congelar una lágrima. Un pensamiento intrascendente me arranca media sonrisa: tampoco esta vez el estruendo sonoro de la detonación despertará al gordo asqueroso que habita el apartamento de arriba.

Enciendo un cigarrillo y me sirvo un whisky doble. Pienso que es muy probable que su próxima creación tenga, por fin, visos de inmortalidad. Nuestra cuarta obra compartida invocará un cuarto proyectil con fecha de inminente caducidad, pronto seremos estruendo de la mañana.

sábado, 23 de enero de 2021

Regreso al Edén – Paco Roca

 


“Pero ya fuese creada por la mano de Dios o por duendecillos escondidos en el interior de la cámara, la fotografía cumplía su función. El mágico efecto de evocar instantes perdidos.”


viernes, 22 de enero de 2021

Amb el Verd al Cor

 

Dicen que en la vida hay una primera vez para todo, anoche, y sin que sirva de precedente, yo iba contra el Barça. Y es que Cornellà es mi pequeño terruño, allí nací y viví durante los primeros cuarenta años de mi existencia, justo ahí al lado del Nou Municipal, junto a la ribera del Llobregat, donde todo está tan comprimido y encerrado entre polígonos industriales de extrarradio que hasta el equipo vecino (los periquitos del Espanyol) tienen una portería que pertenece a Cornellà y la otra a El Prat, tal como suena.

No vi el partido, putos canales de pago, pero lo escuché integro vía retransmisión radiofónica. El Barça estuvo contra las cuerdas y tuvo que ser ya en el tiempo añadido de los 120 minutos de prórroga cuando, primero Dembélé y luego Braithwaite en el último suspiro, y cuando el Cornellà (que jugaba con un hombre menos) se volcó en busca del empate, sentenciaron la resistencia de un equipo local que cierra así una edición de Copa del Rey histórica tras haber eliminado con anterioridad al todopoderoso Atlético de Madrid (el mejor equipo del estado español en la actualidad –aunque también veo muy fuerte a la Real Sociedad, que además despliega un juego preciosista- y buena parte de Europa. Los colchoneros serán el futuro Campeón de esta Liga en mi opinión) en un épico partido donde los del Cholo jugaron con todo y salieron derrotados con el rabo entre las patas (1-0).

La U.E. Cornellà lleva cuatro temporadas intentando el asalto a la 2ª División, sin ir más lejos el año pasado estuvo a punto de subir de ese pozo que representa la 2ªB para los equipos modestos. Posee una cantera excepcional, una de las mejores de Catalunya, con infinidad de equipos en las categorías inferiores y con una apuesta decidida por el apoyo al futbol femenino. El campo es el que es, no hay pasta para más, una bombonera siempre llena, que volverá a entregarse a su equipo, cuando el puto bicho lo permita, con una afición que nunca falla, siempre abonada al color verde.

Orgullo del pueblo, nois, mucho mérito, siempre se lo podréis contar a los que vendrán. En cuanto al Barça, esta Copa del Rey le/nos puede servir como asidero para salvar con un título esta temporada tan nefasta en todos los sentidos. Así sea como mal menor.


domingo, 17 de enero de 2021

Jo, els homes, els detesto – Pauline Harmange

 



“El que demanem als homes és que facin servir el seu poder, els seus privilegis, de manera oportuna: civilitzant els altres membres masculins del seu entorn, per exemple, i no pas explicant a les dones com han de portar la seva lluita. El que demanem als homes és que es quedin al seu lloc. No, de fet, el que els exigim és que aprenguin a ocupar menys espai. No tenen el paper principal, i s’hi hauran d’acostumar.”


lunes, 11 de enero de 2021

Pánico al amanecer – Kenneth Cook

 


     “A la cuarta cerveza los problemas de un hombre ya no parecen tan graves como a la primera. Pero ese hombre todavía estaba en condiciones de lamentar el no tener dinero y aún podía sentirse incómodo con que le comprasen un paquete de cigarrillos.
     Grant hizo un intento bastante serio por invitar a la quinta ronda, pero Joe, ayudado esta vez por Dick, lo echó a un lado.
     -De acuerdo. Pero os diré una cosa: tan pronto como tenga dinero tenéis que dejar que os invite a cogernos una buena cogorza.
     Sus palabras le parecieron totalmente inútiles.
     -Vale, John. Pero ahora no te preocupes.
     Con cinco cervezas a un hombre le empiezan a caer bien sus acompañantes, excepto Tydon. Tydon era una rata de alcantarilla. Resultaba sorprendente que esos dos tipos se mezclasen con él. Pese a todos los defectos que pudieran tener, ambos eran personas. En cambio Tydon no era más que una criatura retorcida y asquerosa.”

viernes, 1 de enero de 2021

Hivern – Ali Smith

 


“DEU ERA MORT: AIXÒ PER COMENÇAR.
     I l’amor era mort. La cortesia era morta. La poesia, la novel·la, la pintura, tots eren morts, i l’art era mort. El teatre i el cinema, tots dos morts. La literatura era morta. El llibre era mort. Modernisme, postmodernisme, realisme i surrealisme, tots morts. El jazz era mort, la música pop, disco, rap, la música clàssica, mortes. La cultura era morta. La decència, la societat, els valors de la familia eren morts. El passat era mort. La història era morta. L’estat del benestar era mort. La política era morta. La democràcia era morta. El comunisme, el feixisme, el neoliberalisme, el capitalisme, tots morts, i el marxisme, mort, el feminisme, també mort. La correcció política, morta. El racisme, mort. La religió, morta. El pensament, mort. L’esperança, morta. Tant la veritat como la ficció eren mortes. Els mitjans de comunicació eren morts. Internet era mort. Twitter, instagram, facebook, google, tots morts.
     L’amor era mort.
     La mort era morta.”