sábado, 13 de marzo de 2021

El salto de la araña – Graziella Moreno

 


“A ratos estaba como ausente, y si no salía, pasaba las tardes en la cama o en el sofá, con los ojos fijos en el televisor o mirando el móvil. En su mundo. En un mundo al que los demás no podíamos ni acercarnos. Cuando la veía en el sofá con las piernas encogidas, hecha un ovillo, me recordaba a las arañas que se quedan en un extremo de su tela, esperando a sus víctimas, atentas a cualquier movimiento. Como una viuda negra, pensaba yo, alimentándose del macho hasta que dejaba de serle útil. Y a buscarse otro. Igual ya lo tenía.”