jueves, 28 de octubre de 2021

Els nois – Toni Sala

 

     “No era l’únic que patia atacs d’optimisme. Els últims mesos els balcons i les finestres s’havien omplert d’estelades, i els ajuntaments convergents i d’esquerra havien hissat banderes catalanes a les rotondes d’entrada als pobles. Des del camió no parava de veure’n, de noves i brillants i de ja descolorides pel sol i la pluja. Els catalans covards ara aixecaven el cap, es comptaven entre ells i trobaven que eren prous. No és que s’haguéssin tornat més valents: l’enemic estava en hores baixes. S’assenyalaven els uns als altres i es reconeixien. Per cada agència immobiliària o  oficina de banc que tancava sortien mitja dotzena d’estelades més a les finestres i els balcons. Al costat de cada bandera hi havia un cartell o dos d’En venda. Pisos en venda. Locals, naus industrials en venda. Tot el país en venda, com una puta.”


lunes, 25 de octubre de 2021

Mal dadas – James Ross

 

     “Hubo otro tipo de gente de Corinth que acudió a investigar, gente como Dios manda, a la que le gustaba tomar un trago de cuando en cuando. Y, si no miraba nadie, le daban un beso a la mujer del vecino, le pellizcaban el trasero y dejaban caer la mano hasta ponérsela en el muslo; siempre por accidente, claro. Esos se quedaban siempre en el coche porque allí podían emborracharse más discretamente. Si corría la voz de que habían ido a beber y a soltarse el pelo, perderían credibilidad en la iglesia y entre la gente como Dios manda de verdad. Hay una diferencia entre la gente como Dios manda y la gente como Dios manda de verdad. Los segundos son los que más esfuerzos hacen para que nadie se entere de nada cundo se emborrachan. De esos en Corinth apenas había un puñado.”


lunes, 18 de octubre de 2021

Prótesis – Andreu Martín

 

“No hay nada más siniestro que la sonrisa de una calavera. Es un rictus petrificado, frío, inexpresivo e inmutable. Dientes apretados en un mordisco feroz. Es un cepo que se cerró de golpe, clap, y nunca jamás soltará a su presa. Es una carcajada contenida y sin alegría, sonrisa de compromiso, sonrisa de dolor, amenaza de crueldad. Mueca forzada de verdugo que finge ser tu amigo antes de hacerte daño, mucho daño. Ahora no pasa nada divertido, no hay motivo para reír, pero dentro de poco, ya verás dentro de poco, sólo de pensarlo… Estallará la risotada cuando gimas y llores de miedo, cuando te retuerzas de dolor. La sonrisa de una calavera sugiere cuencas vacías, que son ojos que miran hacia el interior del cráneo y se regodean en la visión de pensamientos putrefactos. Sugiere corrupción, y gusanos, y huesos que se oxidan lentamente mientras esperan la hora de la revancha.”


jueves, 14 de octubre de 2021

Humo – José Ovejero

 


“Los zánganos y las reinas copulan durante el vuelo ─siempre me fascinó esa imagen─, y si ahora hay cientos de miles de obreras disponibles no es de extrañar ese revoloteo incesante. Me fijo en las que están en el suelo, pero no soy capaz de distinguir si sólo son zánganos. Lo que no le expliqué al niño es que son las obreras las que mueren después de picar, con el abdomen reventado, porque los zánganos no tienen aguijón. Sin embargo, también ellos tienen un destino dramático: al copular se les desprende el aparato genital y mueren. Una reina copula con varios zánganos, pero únicamente con los que son capaces de alcanzarla en su vuelo vertical, una reina tiránica y poderosa que sólo se entrega a los más fuertes y tenaces; y todos ellos mueren después: ese es el precio que pagan por la pervivencia de sus genes. Así que son los más débiles los que sobreviven y regresan a la colmena. Como han pasado mucho tiempo en el exterior, posados al acecho de la llegada de la reina, cuando vuelven a la colmena no es raro que lleven consigo bacterias que acaban destruyéndola. Los fuertes mueren, los débiles exterminan. Y luego dicen que la naturaleza es inteligente.
     Es ciega. Es brutal. Es incomprensible. Tiene tan poco sentido como la vida humana. Pero todo esto no se lo conté al niño; ya lo irá descubriendo él solo cuando crezca.”

martes, 12 de octubre de 2021

El koala asesino – Kenneth Cook

 


     “Primero pensé en un bonito primer plano del rostro del camello, así que me acerqué al más cercano.
     Me soltó un eructo.
     Era la primera vez que me topaba con lo que tiene que ser la cosa más espantosa que hay sobre la tierra del Señor: el aliento de un camello.
     Imaginaos el olor del contenido del estómago de un buitre, un gato muerto y metido hace mucho en un pozo negro y un curry en descomposición cuatro días después de que alguien se lo haya comido. Combinad estos olores entre sí y el resultado será algo que en comparación con el aliento de un camello olería a Chanel Nº5.”

sábado, 9 de octubre de 2021

Piel de plata – Javier Calvo

 


     “Aquella mañana de diciembre la playa de Sant Sebastià estaba igual que uno la puede encontrar en cualquier mañana gris de invierno. Una tierra de nadie de arena ictérica, salpicada de preservativos y latas vacías de cerveza. Gente con rastas durmiendo sus borracheras mientras otra gente con rastas hurgaba entre sus fardos en busca de algo que robar. El Mediterráneo desafiaba la mayoría de las ideas establecidas sobre el aspecto que debería tener un mar. Sin vigor para empujar sus olitas exiguas, yacía impúdico como un yonqui en un portal, indiferente a la porquería que cubría su epidermis. La Torre Vela al sur y las Torres Mapfre al norte, reforzaban la impresión de estar en los confines de una urbe distópica del Tercer Mundo de finales del Antropoceno. De hecho, me pregunto hasta qué punto mi memoria ha elegido este escenario por su atmósfera apocalíptica.
     Recuerdo que Bronwyn caminaba por la arena con determinación. Llevaba unos leotardos llenos de agujeros, una minifalda roñosa y una chaqueta con estampado de leopardo. Al menos creo que eran manchas de leopardo, aunque algunas parecían más bien quemaduras de cigarrillos. La brisa le removía el pelo grasiento.”

martes, 5 de octubre de 2021

El amante de las cicatrices- Harry Crews

 

“Esa noche, en su minúscula habitación de la casa de huéspedes, Pete no pudo dormir ni mucho ni bien. Sueños poco profundos y llenos de imágenes extrañas. No pesadillas, sueños extraños; en realidad ni siquiera sueños, más bien fogonazos, y no de gente, sino de espesas sombras deslizantes, habitaciones vacías y botellas destaponadas sin nada dentro. Casi toda la noche en vela, mirando el macuto que seguía en el mismo rincón donde lo había dejado el día que llegó a la ciudad, junto a la diminuta cómoda en la que solo había un peine. Llevaba sin abrirlo desde que se licenció. Todas sus pertenencias, incluyendo su ropa, seguían metidas en aquel macuto. ¿Para qué deshacerlo antes de dar con un lugar permanente? Aquella pensión solo era un apeadero momentáneo, una pausa en su vida. ¿Por qué cojones le había mentido a la chica con lo de la universidad? No había ningún motivo. Cuatro putos días y le sobró tiempo para acabar hasta los mismísimos huevos de la Universidad de Florida. Allí todo le recordaba demasiado al Cuerpo de Marines. Gente diciéndote todo el rato dónde ir y cuándo y cuánto tiempo tenías que quedarte allí una vez llegases. Fue superior a sus fuerzas. Pero sobre todo, lo que lo convirtió en una carga insoportable fue que le obligasen a compartir habitación en la residencia de estudiantes con aquellos tres condenados chavales judíos de Miami Beach. Uno de ellos no paraba de tirarse pedos. Así que decidió no deshacer su macuto y, una mañana, al salir del cuarto para ir a clase de lengua, se lo echó al hombro y se dirigió a la estación Greyhound de autobuses. Claro que todo en esta vida era temporal, momentáneo. Salvo la muerte.”


lunes, 4 de octubre de 2021

Un autor de culto (uno de los míos)

 


“Mira, si tu intención es escribir sobre la dulzura, la luz y toda esa mierda, consíguete un trabajo en Hallmark.”


Harry Crews (1935-2012), publicado por primera vez en castellano en 2011 meses antes de su muerte, respondiendo a una pregunta en la última entrevista que concedió. En la foto (no he conseguido dar con el autor, sorry) dando clases de literatura en la Universidad de Florida.