“De día recorrías a veces ese
mismo sendero en bicicleta. Sola o con amigos. Las ramas de los sauces llorones
te rozaban la cara como látigos. El camino tenía un empedrado irregular, lleno
de baches. Con el rabillo del ojo veías las figuras de los vagabundos en el
suelo, apoyados en los edificios de mantenimiento o tumbados en la hierba,
comatosos. De día no te daba sensación de peligro.
De noche, el sendero tenía alumbrado, pero la mitad de las farolas estaban rotas o fundidas.
Aun así, veías la superficie de la laguna. Los reflejos del claro de luna como retazos de luz. El agua, cubierta de una espuma fina que formaba ondas, temblaba como la piel de una bestia nerviosa. Muy arriba, unas nubes vaporosas surcaban el cielo. Junto a las cataratas había siempre niebla, nubes de vapor. Veías la cara magullada de la luna, como si guiñara un ojo.”
De noche, el sendero tenía alumbrado, pero la mitad de las farolas estaban rotas o fundidas.
Aun así, veías la superficie de la laguna. Los reflejos del claro de luna como retazos de luz. El agua, cubierta de una espuma fina que formaba ondas, temblaba como la piel de una bestia nerviosa. Muy arriba, unas nubes vaporosas surcaban el cielo. Junto a las cataratas había siempre niebla, nubes de vapor. Veías la cara magullada de la luna, como si guiñara un ojo.”
Publicado por Editorial Contraseña. Primera edición: marzo de 2022. Traducción de Pepa Linares. Título original: Rape. A Love Story (2004). 160 páginas.