“De
cómo el narrador de nuestra fascinante historia salió de su hotel en Bruselas,
de las cosas que vio por la calle, y de lo que le pasó en la estación de
ferrocarril.
La
reunión de Bruselas del Tribunal Russell II había terminado a mediodía, y el
narrador de nuestra fascinante historia tenía que regresar a su casa de París,
donde lo esperaba un trabajo bárbaro, razón por la cual no tenía demasiadas
ganas de volver; esto explicaba su tendencia a demorarse en los cafés, mirar a
las chicas que paseaban por las plazas, y revolotear por todas partes como una
mosca en vez de encaminarse a la estación.
Ya
tendría tiempo en el tren para reflexionar sobre lo sucedido en esa dura semana
de trabajo; por el momento sólo le había interesado cerrar los ojos del
pensamiento y dedicarse a no hacer nada, cosa que según él merecía de sobra. Le
encantaba la vagancia por una gran ciudad, deteniéndose en las vitrinas,
tomándose un café o una cerveza cada tanto en lugares donde la gente hablaba de
otras cosas y vivía de otra manera, y sobre todo mirando a las chicas belgas
que como todas las demás chicas de este mundo eran especialmente mirables y
admirables.”
Fantomas
contra los vampiros multinacionales
Julio
Cortázar
Rascas
la corteza intelectual de Julio y te encuentras una rareza como esta especie de
libro-cómic ensayístico que se lee de una gozosa sentada. Investigo un poco al
respecto y encuentro esta estupenda reseña surcando el ciberespacio literario
de internet (donde creo que se puede leer o descargar de conciencia en alguna
bitácora); yo he leído la edición en papel de Destino (bastante malilla aunque
con cierto encanto pulp todo hay que decirlo). Las ilustraciones que acompañan
al texto de Cortázar son de Xavier Teixidó.-