«Yo he estado en la cárcel con una tía a la que metieron ahí porque se quería divorciar. A mí me metieron por conducir en estado de embriaguez, eh, no te creas que por ninguna hazaña bélica... Salí del Bocaccio zurrada perdida y me salté un semáforo... Total, que acabé en la cárcel con todas las prostitutas, que eran encantadoras y me invitaban a tabaco. Luego había una mujer en un rincón, llorando desesperadamente: el marido la había metido en prisión porque la había encontrado con otro. No podía divorciarse ni tener un novio nuevo».
*Extracto de
una entrevista para El Mundo, puede leerse entera y en abierto AQUÍ.
Foto: © Oriol Maspons, 1962