“Vamos a bordo de un Cadillac
nuevo, interior de cuero, negro por fuera y por dentro, las ventanillas subidas
y el aire acondicionado a tope. El sudor se me seca tan rápido que se me pone
la piel de gallina, de calor a frío en cero coma. Rock and roll en la radio, no
muy alto pero vibrante, con su agradable ritmo sincopado. Janis Joplin
abriéndose el corazón.”
“Un negro viejo y otro alto y
gordo se ponen al frente sobre el escenario con sus guitarras. El resto de la
banda se levanta. Sydney tenía razón: jamás había oído a nadie tocar así. El
cabronazo hacer llorar a la guitarra como si fuese un bebé, la hace aullar como
un gato en celo mientras interpreta canciones sobre la clase de dolor que yo he
padecido a lo largo de mi corta existencia. El rock con el que me crié a veces
tenía la rabia que sentía por dentro, pero esta mierda habla del dolor que precede
a la rabia… Golpea contra algo que he hecho todo lo posible por mantener
enterrado. Es mucho más fácil vivir con rabia que con dolor.”