“Doblé
a la izquierda para coger una calle oscura de casas apareadas cuya parte
delantera remataban unos estrechos jardines. Por encima de la lluvia y la
oscuridad, unas nubes bajas tocadas por el rosa de las siderúrgicas se
deslizaban lentamente por el cielo.”
“Había una pareja de patanes que jugaban a
una máquina tragaperras. Había un abuelo con una media pinta y el Racing Green, y a su lado había una
prostituta muy vieja enfundada en un traje pantalón y que iba dejando restos de
carmín por todo su vaso de Guinness. Pero ni rastro de la persona a la que
estaba buscando.
Eran las siete y cuarto.
Me acerqué a la barra. El propietario
miraba algo en la caja registradora y pensaba. El camarero se apoyaba contra el
espejo que había detrás de la barra. Estaba de brazos cruzados. Su peinado era
una versión irlandesa de Tony Curtis. ”