La nieta de la Aurora
Les voy a hablar una miajilla de este libro una vez coronadas
las ciento y pico primeras páginas (afortunadamente todavía le quedan muchas
más a esta delirante y descacharrante, refrescante y tonificante lectura, ante
todo adjetivos superlativos así de entrada y… a la sortida ja veurem peró jo ja
tinc la feina feta!*) de esta Lectura Complementaria (a ver quién es el feo que
viste este tocho, tan manejable y acertadamente editado por la peña de Blackie
Books, con una etiqueta mejor. Sí, vale, caben otras pero a mí ya me mola
esta…). Y es que a pesar de que tenía pensado ir intercalando el chapoteo
confesional – social y existencial a más no poder- de Mr.Kikoamat –sí, tío, yo
también te nombro así todojunto- con otras lecturas estivales, al final he
decidido leérmela de un tirón de esos que sirven para gozarla en grande
pululando por paisajes mundanos y misceláneos varios sin ninguna prisa por
arribar a la meta, vaya que así rollo Tour de France (¡Great Britain!, quicir)
pero con el autor pedaleando, pataleando, chapoteando, infatigablemente en
polifacéticos saraos y manipulando teclas después para contárnoslo con
exquisito sentido del humor… mientras que el lector (buscando la postura
adecuada para esta atenta ascensión literaria, haciendo la goma a rebufo que
para eso se han invertido diecinueveconnoventa leuros a literato ganador, ya
sea en el sofá, en la terracita o en el atestado vagón del metro de turno: “no,
no es que no me chiflen los pantaloncitos cortos de las mozas es que ahora
mismito ando concentrao en la lectura, entiéndame usted”) se regodea en el
libre manejo del artefacto en cuestión: la Lectura Complementaria de marras,
recuerden su título. Una maravilla, vaya, de la que no pienso contarles nada
más porque a cada página que curveen les garantizo que van a encontrarse una
nueva aventura de ayer o de ayer… pero rabiosamente disfrutable a día de hoy,
¿2015, ya? ¡joder! Uno de esos libros
que acabarán como la Rosario, la nieta de la Aurora, de tanto manoseo, o sea
que ya va la zarpa otra vez buscando la nalga insurgente que abomba el
pantaloncito a modo respingón –jeans con cierre trasero, ya sea en mini
cremallera, tres botones nomás o gracioso cordel- sí, sí, las calores, que ya
van tres olas nomenos y eso, que casi que dejémoslo así…
Digamos también, que se imponen, se recomiendan si lo
prefieren, pausas didácticas más que justificadas para googleos musicales, cinéfilos,
referenciales varias de las que van surgiendo durante la lectura, porque aunque personalmente soy consciente de que la monumental
resaca está más que garantizada tras la última página, al final resultará una
de esas grandes experiencias que más que malestar general acaban dejando un
poso de sabiduría tal que van a servirle a servidor, aportarle al portador del
libro en posesión (que ya me pide mi mujer, que ya me reclama mi hermano,
¡esperaos cabroncetes!), algo así como un chute vitamínico total en cuanto a
refuerzo de identidad personal, tipo working class de extrarradio, of course!,
que es lo que uno necesitaba en este momento vital. Digamos que Sant Boi es
para el Kikoamat lo que Cornellà significa para el Krust (sí, tío, ahora que
ambos logramos escapar a la City pero seguimos teniéndolo a tiro de piedra y
casi estamos más pallá que pacá, pa qué te voy a contar…); son muchas las cosas
que nos unen e identifican y, en el fondo, solo nos separa una estación de
Carrilet**… y alguna que otra opinión en cuanto a gustos artístico-persopasionales;
en fin, que nada serio que no pudiera solucionarse, quintillos estrellados a su
temperatura adecuada y sin vaso por favor, en la barra de algún bar neutral, y
en caso de problema o discrepancia que le quede claro al Kikoamat que le
invitaría amablemente a salir a la calle… en busca del siguiente capítulo, la
siguiente conversación. Pero olvídense de localismos porque estamos hablando de
una obra de magnitud internasioná, ya me contarán si deciden leerla.
De una puta vez: ¡Qué le den su columna diaria en un diario
medio serio! Muchos seremos los que lo agradeceremos. De momento, seguro-seguro
que también después cuando se acabe el mamoneo y ya me hayan quitao lo bailao:
Plas-Plas-Plas, modo ovación de las gordas, para Chap Chap… ¡Chapeau!
* ”De salida ya veremos pero yo ya tengo el trabajo hecho”
** Nombre popular asignado a los trenes de la FGC
(Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya) que cubren el extrarradio sur de
Barcelona: L’Hospitalet, Cornellà, Sant Boi…