En la vida todo es política, y
por supuesto en el deporte también. No se puede permitir que un equipo ciclista
que lleva el nombre del estado genocida de Israel (investiguen si les apetece
quien es Sylvan Adams, el dueño de esa escuadra, y flípenlo en todas las
tonalidades del negro) compita en un acontecimiento tan importante como es la
Vuelta Ciclista a España, de hecho, un servidor los excluiría de cualquier
competición deportiva en territorio europeo, que se joda la UEFA en fútbol, la
FIBA en basket, etc., recuerden que es a estas instituciones a quienes corresponde
tomar la decisión de expulsarlos…
Bravo por la gente de Bilbo ayer,
y en etapas anteriores los catalanes de Figueres y Olot que iniciaron la
protesta colectiva, Pamplona en el entremedio, y las etapas que vendrán
(espero). Solo el pueblo rueda con el pueblo, cabrones.
Foto: Miguel Toña - EFE