«El misterio del tiempo que
encierra el picotazo genial de las abejas muertas. Ese tiempo que es como un
espejo con grandes arañazos y lo que se vierte en él es el silencio que encarna
la sabiduría».
«Sigo siendo poco selectivo
cuando decido qué títulos o autores van a ocupar mis horas de lectura. Sigo
yendo a mi bola, como y desde siempre, y hago caso sólo de mi intuición y de
las sugerencias de los amigos que leen mejor que yo».
«Se dice que somos lo que leemos.
Una frase hecha. Como tantas otras. A mí se me ocurre una réplica. O su
complemento. Somos lo que leímos cuando no sabíamos quienes eran Flaubert,
Virginia Woolf, Dostoievski o William Faulkner. Cuando llegué al hachazo que
Raskolnikov descarga sobre la vieja usurera me había zampado mil novelas de
Silver Kane, George H. White, Edward Goodman o Manuel Lafuente Estefanía. Y de
muchos más como ellos. El autobús de la tarde que traía al pueblo un día a la semana las
novelitas del Oeste, del FBI, del Servicio Secreto o para las chicas (entonces
era entonces) Carlos de Santander y Corín Tellado. Ahí aprendimos a leer cuando
en el cine pasaban los fines de semana Veracruz, Pánico en las calles o La
leona de Castilla. Claro que eran otros tiempos. Y otras casas. Y otra
manera de vivir una vida que más que vida era una mierda en la literatura y en
todo».
Publicado por Editorial Piel de Zapa. Editado en 2021. Título original: Algo personal. ¿Te ha picado alguna vez una abeja muerta? 314 páginas.