Tras su exitosa irrupción en el
panorama literario con Nuestras riquezas
-una hermosa oda a una librería de Argel en particular y a todo el vasto mundo
de la literatura en general-, nos llega Piedras en los bolsillos de Kaouther Adimi (Argel, 1986) publicada
aquí por Libros del Asteroide. Ambas
novelas tienen más de un nexo en común a pesar de lo divergente de sus
argumentos: son historias breves pero intensas, bucean en el pasado y respiran
en la superficie del presente. Además de estar dotadas de un irreverente, para
nada condescendiente, sentido del humor.
BILLETE DE IDA, PARÍS
Narrada en primera persona, donde
el lector intuye mucho de autobiográfico, la autora nos presenta a su
protagonista sin nombre: una joven argelina de veintinueve años que vive en
París desde hace un quinquenio. Trabaja de ilustradora para una editorial que
publica revistas para niños y su mundo en la inmensa ciudad de la luz se
circunscribe a la soledad de su pequeño apartamento de 30 metros cuadrados y
mil euros al mes. Conoce a una extraña amiga que vive en la calle –Clothilde,
paradigma de la liberté francesa- y a
un camarero griego que intenta venderle un futuro compartido a base de
regalarle patatas fritas. Además de las constantes llamadas telefónicas de una
madre controladora, tan obsesiva como repulsiva, que deviene parte principal de
la novela. Lejos queda la nostalgia de su país de origen.
BILLETE DE VUELTA, ARGEL
Obsesionada con su soltería (tema
principal de la trama) se le presenta la oportunidad de volver a Argel con la
excusa de la próxima boda de su hermana pequeña, además del reencuentro con la
única amiga que sobrevivió al naufragio del pasado: Amina. Es aquí, tanto en
los inminentes preparativos del regreso a casa como después del aterrizaje,
donde nuestra protagonista empieza a rememorar un aluvión de vívidos recuerdos
que le harán enfrentarse al dilema de volver a echar raíces en su tierra, o dar
carpetazo a todo cuanto fue y establecerse definitivamente en París. El
abrumador contraste entre Sidi Yahia –caótica arteria urbana argelina- y los
Campos Elíseos se debate en su interior volándole la cabeza en una explosión de
sensaciones de incierto final.
LASTRADA CON TODO, CASADA CON
NADA
Con una estructura mínima de ágil
narración distribuida en capítulos cortos, además de una prosa tan sencilla
como contundente y rica en matices, Kaouther Adimi consigue levantar todo un
castillo de reflexiones interiores, encerrarse en él a la defensiva… y arrojar
la llave por la almena de sus sueños. Para ello se vale de toda una serie de
experiencias que acarrea su paso por la vida, reflejadas en esas piedras que va
recogiendo aquí y allá y conserva en los bolsillos.
Corresponde al lector liberarla
de la carga de sus prejuicios… o morir en el intento. Café solo y negro sin un
solo gramo de azúcar añadido, una novela delicadamente bella.