“El amanecer era una intuición, cierta aunque invisible, y Håkan corría a su encuentro, con la
vista puesta en el punto distante que, estaba convencido, pronto enrojecería
mostrándole el camino que lo llevaría directo a su hermano. El viento intenso
que soplaba a su espalda era un buen presagio; una mano alentadora que lo
empujaba hacia delante al tiempo que borraba sus huellas.”