miércoles, 26 de agosto de 2020

Apuntes para un naufragio – Davide Enia


“La bruma emborronaba el campo visual.
La línea del horizonte temblaba.
Constataba por enésima vez hasta qué punto me asombraba la capacidad de Lampedusa de desequilibrar a sus huéspedes, creando en ellos un fuerte sentimiento de alienación. El cielo tan cerca que casi se te viene encima. La voz omnipresente del viento. La luz que golpea por todas partes. Y ante los ojos, siempre, el mar, eterna corona de gozo y espinas que lo circunda todo. Es una isla en que los elementos te caen encima sin que nada se lo impida. No hay defensas. El ambiente te perfora, atravesado por la luz y el viento. No hay refugio posible.”