miércoles, 8 de mayo de 2019

BeatleChut



5 Copas de Europa cada club, 4 enfrentamientos en eliminatorias contra ellos a lo largo de la historia y nunca hemos sido capaces de vencerles. El Camp Nou es un templo, Anfield también. Anoche el Liverpool barrió en su estadio (“You’ll never walk alone”, gallina de piel siempre que tengo la oportunidad de ver un partido de los Reds) al Barça durante los 90’ y acabó derrotándolo por un contundente y humillante 4-0 –sin Salah, Firmino y Keita, todos ellos titulares, bajas por lesión y perdiendo a Robertson, otro gran jugador, en los compases iniciales del match-; también fue superior en el partido de ida (donde perdió 3-0 en un resultado increíble para quién no tuviese la oportunidad de ver el duelo, y a todas luces engañoso, magnificado por el excelso partido de Leo Messi), con lo cual en el cómputo de los 180’ el pase a la final del Wanda Metropolitano de Madrid del equipo inglés es tan justa como merecida. Jürgen Klopp me parece un gran entrenador, Ernesto Valverde (que me cae de puta madre) no tiene los mimbres necesarios para dirigir a un equipo grande cuando llegan las citas importantes, esas en que las pizarras deben solucionar los problemas que puedan acontecer en un partido de alto nivel. Para los que ya llevamos muchos pelotazos dados, y encajados con la cara, a lo largo de la vida como aficionados futboleros, hay pequeños detalles que ya te hacen presagiar el descalabro antes de que acontezca: la concentración de unos y otros en los primeros 15 minutos, la forma de pelear los balones divididos, la manera en que retornan al campo tras el descanso (unos trotando hacia la gloria, otros andando cabizbajos hacia el patíbulo), la falta de concentración en el 4º gol madre mía, etc... 
El Barça reincidió en los mismos errores que cometió el año pasado en Roma dilapidando una ventaja de 4-1 en el partido de ida para caer eliminados por 3-0 en la vuelta, y en mi opinión, cierra así este maravilloso ciclo que ha comprendido una última década prodigiosa, plagada de títulos, puede que la mejor en la historia del club, nada es eterno, le pese a quién le pese, y muchos de esos grandes jugadores con los que todos hemos disfrutado (y continuamos haciéndolo ,así que nos abstendremos de dar nombres a fuer de no alargar este ‘agónico post’) deben empezar a dar el relevo adecuado a las futuras generaciones que llegarán, algunos desde la cuna del Mini Estadi-otros allende nuestras fronteras: ley de vida lo llaman. Soy de los que piensan que somos més que un club, entre otras muchas cosas, porque con el tiempo –hablo de los culés con el culo pelao, claro, los chavalxs jóvenes que ayer lloraron la derrota tendrán su momento de gloria en el futuro, espero…- hemos aprendido a SABER PERDER, lo cual nos lleva, en días como hoy, a felicitar al Liverpool F.C. por su histórica victoria, aplaudirles y desearles la mejor de las suertes en esa final, que a falta de conocer al otro finalista (espero que sea el Ajax del que soy un fiel admirador de toda la vida, joder me hubiera hecho mucha ilusión jugar contra ellos: Johan y el fútbol moderno y divertido siempre presente…), en la que van a partir como favoritos: un regalo envenenado a veces, que les vamos a contar nosotros en momentos como este, sepan acabar de ponerle la guinda a esta competición tan linda y bonita que el Barça –tu solo no puedes, Leo, aunque seas divino, esto va de 11 contra 11 y todos son importantes- no hemos sido capaces de conquistar. Salut i Força Barça.-

7/5/2019 - Semifinal vuelta Champions League
Liverpool 4  - Barça 0 (Origi -2-, Wijnaldum -2-)