lunes, 14 de agosto de 2023

1997: rescate en Nueva York

 


Pues acabo de visionar esta joyita distópica de la ciencia ficción que por circunstancias de la vida no había visto hasta hoy. Rodada en 1981 por John Carpenter, sospecho que en pleno estado lisérgico a tenor de lo propuesto en esos frenéticos 99 minutos de metraje, la película resulta ser una delirante delicia visual además de poseer otros atributos destacables como el guion o la BSO también firmados ambos por el propio director, rollo crack multiusos. La cosa le salió bien: la rodó en tres meses (se notan las prisas en algunos errores inexplicables que le vamos a perdonar), costó 7 millones de pavos y recaudó 50 millones de dólares de los que no duelen. Grandes bisnes, nen.
El argumento es una gamberrada monumental, intentaré ser breve. Manhattan se ha convertido en una gran prisión para todos los maleantes de EE.UU (imagínense la peña encerrada que pulula por las calles), rodeada de altos muros que la aíslan del resto del país y vigilada por policía y militares. Resulta que un día sobrevolando Nueva York cae el Air Force One con el presidente dentro camino de una importante cumbre internacional, pues nada los reos lo pillan y negocian su entrega a cambio de su libertad, la de todos ellos, claro. Para rescatarlo contratan al tipo duro de turno y tiene 24 horas para sacarlo vivito y coleando. ¿Flipa, eh?
El casting de campanillas: el musculitos es Kurt Rusell (un soldado de la 3ª Guerra Mundial al que le clavan un cuchillo en la pierna al principio y el tío aguanta toda la peli como un campeón, si hay que subir el Empire State a pie porque no va el ascensor no pasa ná, con dos cojones el muy cabrón). El presi es el gran Donald Pleasance (este tío es capaz de interpretar lo que le pongan). El alcaide de la gran manzana prisión es el mismísimo Lee Van Cleef (la cara de malo que siempre ha tenido el muy cabrón). Y luego ya te salen unos secundarios memorables como Harry Dean Stanton (al que llaman Cerebro porque vive en la gran Biblioteca Nacional con su churri y siempre está leyendo…) y otro de los grandes de siempre: Ernest Borgine (que conduce el típico taxi amarillo de la city y conoce a toda la troupe…).
Buf! Quería un post cortito y al pie como la peli pero quizás me estoy enrollando demasiado, bueno así se queda. Recomendada para palomiteros nostálgicos o amantes del cine de acción basura Made in Siglo XXI y para porreros con pedigrí cinéfilo con ganas de echarse un buen rato de risas… y de pensamientos serios −especialmente políticos− también.

Escape from New York – John Carpenter (1981)
Bonus Track/Reseña Recomendada: AQUÍ