martes, 4 de octubre de 2022

Àngel Casas (1946-2022) – Jesús Quintero (1940-2022)

 


Quiso la casualidad que con dos lunas de diferencia (intervalo comprendido entre el 1 de octubre-3 de octubre) se nos fueran, juntos y cogidos de los micros, este par de referentes de la comunicación audiovisual, entre otros menesteres, geniales cada uno con lo suyo, y auténticos tótems del periodismo de qualité en un país/dos países que ya no existen más allá de la memoria de los tiempos vividos por aquellos que, de momento cumpliendo años, les sobrevivimos.

Àngel me enseñó a amar la música en riguroso directo (inolvidable sobre todo aquel Musical Express) y a disfrutar de aquellos late shows televisivos donde todo era posible, sin cortapisas ni censuras, algo imposible de contextualizar en el involutivo tiempo actual donde la basura colapsa nuestras cajas tontas. También recuerdo con devoción sus colaboraciones en prensa escrita (Vibraciones, Fotogramas) y alguno de los libros que he tenido la oportunidad de leerle.

Jesús me aficionó a la radio nocturna siendo un adolescente soñador, amor incondicional a las ondas que prevalece a día de hoy (El loco de la colina era un programa sencillamente maravilloso). A expandir la mente y a confiar en un futuro mejor antes de que el desencanto me cerrara los ojos soñadores a guantazos. También lo seguí en su faceta televisiva, aunque menos (El perro verde o Cuerda de presos, esa poética manera de dar voz a los desheredados del mundo).

Que la tierra les sea leve, que el infierno de los justos les reciba con todos los honores que merecen. ¡Nos vemos allá abajo!