“Contra la silla del
colegio, así, como se estriegan los animales contra la mierda, contra las ranas
en descomposición, así, nos estregábamos nosotras contra la silla del colegio.
Y los niños atendían a la clase, que era una clase pequeña, con un solo maestro
para dos cursos, y habíamos niños de primero en el lado izquierdo de la clase y
niños de segundo en el lado derecho de la clase y el maestro nos explicaba un
ratito a cada uno y escuchábamos las explicaciones de los del curso más grande.
Por eso aprendíamos cosas que todavía no nos tocaba aprender y sabíamos dividir
por tres cifras y estregarnos contra la silla, como los cochinos contra el estiércol,
estiércol de caballo. Luego apestábamos a pepe, toda la clase apestaba a pepe y
las ropas de los otros niños apestaban a pepe y el maestro y las manos del
maestro de tocar las tizas que nosotras tocábamos.”