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Harmónica: La recompensa por este hombre son
5.000 dólares, ¿no?
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Cheyenne: Judas se conformó con 4.970 dólares
menos.
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Harmónica: No había dólares en aquella época.
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Cheyenne: Pero sí hijos de puta.
El otro día volví a ver “Hasta que llegó su hora” – Sergio
Leone (1968), no hay nada como rescatar un viejo western de aquellos inmortales
para darse cuenta de que, a pesar de lo que cantara Dylan es su momento, los
tiempos no han cambiado demasiado o, al menos, no tanto como deberían haberlo
hecho…