Que Natalie Portman es una inmensa actriz creo que está fuera de toda duda, simplemente no hay otra como ella en el Hollywood actual, aquí vuelve a demostrarlo llevando todo el peso de esta fallida (vamos a decirlo ya para no crear expectativas infundadas) película de Aronofsky. Su implicación en un papel, que supongo que por fin le reportará el ansiado Oscar como mejor intérprete femenina (de juzgado de guardia que no lo ganara por “Closer” por mencionar alguna de sus grandes interpretaciones), es de un compromiso y una entrega total, un año entero de preparación entrenando entre 5 y 8 horas diarias para aprender ballet y reconvertirse en el escenario en una bailarina profesional, además de una evidente e incluso peligrosa pérdida de peso en una chica ya de por sí liviana que no le resta un ápice a la asombrosa expresividad de su bellísimo rostro.
Que todo esto, no quiero olvidar tampoco la correctísima interpretación de un actor francés que siempre está a la altura que se le supone a un actor profesional: Vincent Cassel, sea insuficiente para llevar a buen puerto una peli que por momentos parece que va a consagrarse en una joya; es una verdadera pena y además jode mucho. Y de ello hay que señalar con el dedo al director (por esa ida de olla total en la última y penosa media hora final de función, ver para creer) y sobretodo al trío de guionistas, que menos mal que no los han nominado dentro de las 5 posibilidades que tienen de ser la película del año, a los cuales se les va todavía más la Express en un intento de rizar un poquito más el rizo de la acción, que arranca mostrando muy bien la presión perfeccionista de ciertas personas cuando hacen lo que les gusta, en este caso danzar, el miedo ante el fracaso en su actividad o el nervio cortante ante el debut de una función, y el análisis de los demonios interiores de una primera figura en su especialidad o las relaciones con las personas que les rodean y acaba como el rosario de la aurora, vean ustedes y júzguenlo como crean oportuno…
Con una fotografía espectacular, que posiblemente obtenga también un premio merecido, y un montaje muy bien trabajado (esas escenas en los entrenamientos o entre bastidores entre los protagonistas son realmente buenas), se siguen aportando mimbres de calidad en la construcción de una historia que se rompe ante el peso abrumador de sus elevadas y fallidas pretensiones, sin ir más lejos en dos de los protagonistas principales: el de Lily (una tal Mila Kunis, que creo que van a a seguir sin conocer en su propia casa, que intenta replicar a la Portman siendo su competidora en las tablas, y fuera de ellas en el mundo exterior, y no le llega ni a la suela), y el incompresiblemente corto papel en el metraje del personaje de Beth (una Winona Ryder que por otro lado ya no es ni la sombra de lo algún lejano día fue…).
Requiem por un sueño, el de Nina, que se queda en un simple intento de trascender en una película grande. Insuficiente aunque se valore el intento. Por lo demás, 3 estrellitas justitas. Por cierto la S del título de este post va por las eróticas escenas subiditas de tono, muy bien rodadas y al límite de la censura yanqui. Como valoración global: Regular, que siempre es más que mal.-