«La cárcel nunca descansa. El porcentaje
de incidentes mengua por la noche, pero nunca cesa. Mengua porque a excepción
de unos cuantos presos de confianza que vigilan las zonas de suministro de
iluminación y calefacción, todos los reclusos se confinan en las celdas entre
las 10 de la noche y las 7 de la mañana. No cesa porque en cada celda hay dos
reclusos. Juegan, pelean, encienden un fuego, practican diversas perversiones,
y a veces se matan unos a otros.
Por la noche el personal de guardia se reduce en dos tercios, y entonces la relación es aproximadamente de un guarda cada ciento setenta y cinco convictos. Por la noche los vigilantes se encontrarían en grave minoría si los convictos consiguieran escaparse, pero nunca lo logran, y la primera ronda se considera un turno fácil reservado a los agentes jóvenes e inexpertos, a los más viejos ya próximos a la jubilación, o a los cobardes que temen recorrer el patio hombro con hombro con el enemigo enfundado en su uniforme azul».
Por la noche el personal de guardia se reduce en dos tercios, y entonces la relación es aproximadamente de un guarda cada ciento setenta y cinco convictos. Por la noche los vigilantes se encontrarían en grave minoría si los convictos consiguieran escaparse, pero nunca lo logran, y la primera ronda se considera un turno fácil reservado a los agentes jóvenes e inexpertos, a los más viejos ya próximos a la jubilación, o a los cobardes que temen recorrer el patio hombro con hombro con el enemigo enfundado en su uniforme azul».
Publicado por Sajalín Editores. Segunda edición: noviembre de 2024. Título original: On the Yard (1967). Traducción de Damià Alou. Adaptación al cine: On the Yard - Raphael D. Silver (1979). 420 páginas.