Alexia
Putellas (Mollet del Vallés, Barcelona, 1994) ha ganado el Balón de Oro, muy
merecidamente y por segunda vez consecutiva, algo que ninguna jugadora había
conseguido con anterioridad. En esta casa, en la que el futbol femenino ha
llegado para quedarse, nos alegramos sobremanera y aprovechamos para apoyar a todo
ese grupo de jugadoras rebeldes
(Alexia y todas sus compañeras del Barça entre ellas) en lucha por sus derechos
como profesionales contra la FEF en particular y contra este misógino mundo en
general.
Entre
el sinfín de fotos que le dispararon en la gala de entrega en París, todo el
firmamento de estrellas reunido, ella ha escogido este sencillo y singular
flash para colgar en su perfil de Twitter y agradecer así a todo el mundo de
una tacada/patada por sus muestras de felicitación. Con sus preciosos ojos
cerrados, modesta y sencilla huyendo del glamour, como encerrando los
sentimientos que reflejaba ese esférico brillante en lo más hondo de su corazón,
el discreto encanto de la poesía sensorial. Soñando con abandonar el infierno
de su grave lesión, el mismo que le va a impedir disfrutar de lo suyo durante
toda esta temporada, y esperando volver a corretear por esos campos de dios en
busca de la gloria, de la igualdad con sus compañeros del futbol masculino en
una lucha desigual donde, de momento y no es poco, han conseguido ser modelo
para muchas niñas que se incorporan a esta injusta sociedad.
Los partidos del Barça en Champions League ya consiguen meter más de 90.000 personas en el Camp Nou, un pequeño gran paso ellas, que deberíamos aplaudir todos nosotros… sin excepción.