martes, 8 de junio de 2021

Un plan perfecto - Iván Farías

 


Siempre es de agradecer la aparición de nuevos sellos editoriales que sirvan de conexión entre autores desconocidos y aquellos potenciales lectores a  los que puedan llegar allende de sus fronteras. Este el caso de Real Noir Ediciones que ha publicado recientemente el libro que nos ocupa: Un plan perfecto, Iván Farías (México, 1973). Un relato fresco y adictivo que además, incluye un interesante prólogo firmado por Carlos Salem en el que presenta a Farías como “uno de los autores de novela negra con más proyección en toda América”.

UN SUEÑO QUE CASI NUNCA SE CUMPLE

Diego Rodríguez, “el Soñado”, seductor buscavidas que sabe cómo engatusar a la gente en general y a las mujeres en particular, es el personaje principal de la historia. Un maleante de la vieja escuela que, tras varios trapicheos en el mundo de la delincuencia, concibe un plan perfecto. Algo a priori tan sencillo como reunir una cantidad de dinero que le permita vivir sin trabajar. Siguiendo los designios o máximas que le inculcó su padre, va saltando todos los obstáculos que la realidad pone a su paso.

Abandona su trabajo de chófer con un bribón de medio pelo, “el gordo Tapia”, e intenta involucrarse en un asunto mayor que le puede reportar una buena tajada con la que cumplir su sueño. Para ello forma equipo junto a un tipo tan peculiar como Danilo Zempoltecatl, un político arribista que sueña con ser Gobernador y con el que teje una compacta amistad –uno de los puntos fuertes de la novela- basada en la mutua admiración. También ficha a “el Sonrisas”, un taxista harto estrambótico. En Un plan perfecto es necesario acostumbrarse a los apodos de los protagonistas, todo el mundo tiene el suyo. Lo mismo sucede con los modismos originales en el lenguaje que no suponen ningún problema para el lector, ya que cualquier palabra se entiende perfectamente dentro del contexto de la narración.

TRÍO DE DIAMANTES

El tercer personaje en discordia, más allá del plantel de jugosos secundarios que aparecen en la novela, es Julio Eisenman. Un judío de oscuro pasado, frío y calculador que regenta un pequeño negocio de artesanía en Polanco (barrio de la Ciudad de México), cuya existencia sirve de tapadera para asuntos mayores como, pongamos por caso, el tráfico de diamantes.

Presentados todos los protagonistas de la historia, el autor introduce hábilmente en la trama una serie de flashbacks que nos llevan desde Freetown (Sierra Leona) pasando por París (Francia) y acabando en Cozumel (Isla de México).  Seguiremos la pista de tres diamantes de gran tamaño en su estado más puro, sin pulir, todavía no engarzados en un anillo… que acabarán allí donde el lector no será capaz de imaginar.

LA VIDA ES UN CARNAVAL

Estructurada en capítulos cortos, Iván Farías acaba construyendo un artefacto literario que bajo su apariencia ligera, apenas doscientas páginas que pasan como una exhalación, encierra todos los aspectos del noir más clásico. Sangre; alcohol y otras sustancias; femmes fatales; sicarios; negocios turbios… imprimiendo un ritmo trepidante a la narración.

En el tercio final, llegamos a la cuna del sueño de Diego Rodríguez, “el Soñado”, Tlaxcala, uno de los treinta y un estados mexicanos, situado a poco más de 100 km. de Ciudad de México, que deviene el escenario donde a modo de explosión, revienta toda la trama de la acción. ¿Son eternos los diamantes? Esta cuestión se podrá dilucidar en un final abierto a la par que inesperado. Pinches sorpresas te da la vida, pensaría “el Sonrisas”, soñaría “el Soñado”.