miércoles, 26 de mayo de 2021

Glanbeigh – Colin Barrett

 

“Marlene cruza las puertas dobles con unos vaqueros cortados, las gafas de sol en la cabeza, entre los tirabuzones pelirrojos, lamiendo con entusiasmo un cucurucho de helado. Lleva un top amarillo canario con la barriga al aire, lo mejor para lucir los abdominales, que después del parto, a golpe de gimnasio, han vuelto a quedar tirantes como la piel de un galgo. Tiene un reloj de sol tatuado en el ombligo. Sus ojos son verde grisáceos, y si no fuera por las marcas de acné que, como gusanitos, le cruzan las mejillas, mi Marlene sería una belleza.”