lunes, 6 de enero de 2020

Open – Andre Agassi


“Soy un hombre joven, relativamente joven. Tengo treinta y seis años. Pero despierto como si tuviera noventa y seis. Después de tres decenios corriendo a toda velocidad y deteniéndome en seco, saltando muy alto y aterrizando con fuerza, mi cuerpo ya no me parece mi cuerpo, sobre todo por las mañanas. Como consecuencia de ello, mi mente no me parece mi mente. Desde que abro los ojos, soy un desconocido para mí mismo, y aunque, como digo, no sea nada nuevo, por las mañanas la sensación resulta más pronunciada. Repaso brevemente los hechos básicos: me llamo Andre Agassi. Mi mujer se llama Stefanie Graf. Tenemos dos hijos, un niño y una niña, de cinco y tres años. Vivimos en Las Vegas, Nevada, pero actualmente estoy instalado en una suite del hotel Four Seassons de Nueva York, porque participo en el Open de Estados Unidos. Mi último Open en América. De hecho, se trata del último torneo en el que voy a participar en toda mi carrera. Juego al tenis para ganarme la vida, aunque odio el tenis, lo detesto con una oscura y secreta pasión, y siempre lo he detestado.”


KRUSTCOMMENT: Así empiezan las memorias o la autobiografía de Andre Agassi, por el final, y este es uno de los regalitos que me han caído estas navidades (gracias a los autores del presente, supongo que algún día lejano les susurré que tenía ganas de leerlo, puede que comentando algo al respecto de J.R. Moehringer –aquí ejerciendo de negro literario o colaborador de Agassi- y su anterior novela: “El bar de las grandes esperanzas” que me gustó bastante y creo que debe andar comentada por algún rincón de este blog, por cierto ambas publicadas por Duomo Ediciones…). Actualmente ando peloteando por la página 126 de 480, va a ser una lectura dura, a cinco sets, pero me está gustando bastante más de lo que imaginaba, ahora entiendo los encendidos elogios que crítica y público le dedicó en su momento.

Más allá de si les gusta o no el puto tenis, el libro sorprende a cada punto de saque, a cada dejada capitular… sin duda una volea cruzada a uno de los mitos de este deporte… que puede volarle la cabeza a más de un fan. Aquí hago la dejada reseñada… y espero que el ojo de halcón me acabe dando como buena la lectura una vez finalizada la jugada. Deuce ex machina.-