lunes, 8 de julio de 2019

Megan Rapinoe & OranjeLeeuwinnen


Ya llevo un par de temporadas siguiendo con sumo interés el fútbol femenino, la Liga Iberdrola (perdón por la puta publicidad) básicamente y también la Champions League donde este año las chicas del Barça han hecho historia llegando a la final… y perdiéndola justamente ante el gran dominador de Europa: el Olympique de Lyon. Ho tornarem a intentar, noies!



La Women World Cup France 2019 ha sido todo un éxito organizativo y participarivo –que gustazo ver los estadios llenos- con unas realizaciones en las retransmisiones televisivas para quitarse la gorra y donde el nivel mostrado por las diferentes selecciones participantes ha sido asombroso (aunque me han decepcionado un pelín las africanas, algo entendible porque seguro que no tienen los mismos recursos económicos que otras… también esperaba algo más de las japonesas) pero, en todo caso, me lo he pasado pipa viendo los partidos que he podido. Como lo del nacionalismo español no lo llevo nada bien, aunque también fuera un poquito con ellas (no en vano jugaban unas cuantas catalanas…), desde el inicio de la competición tenía mi selección favorita, así suelo hacerlo/pensarlo en cada competición deportiva a nivel internacional, y esta vez iba con Holanda (gran torneo, chicas, y gran final también aunque no nos queda otra que reconocer que las norteamericanas fueron superiores y merecieron la gloria en el global de los casi 100 minutos que duró la madre de todas las batallas…)


Megan Rapinoe, 34 años, ya es leyenda de este deporte: Campeona del Mundo, Balón de Oro y Bota de Oro solo en este Mundial (entre otras triunfos a lo largo de su dilatada carrera, AQUÍ pueden leer su currículum), además se ha ganado el aprecio de esta casa al negarse a cantar el himno americano en todos los partidos, o a ir a celebrar el título a la Casa Blanca, todo ello en protesta por la política racista de la administración Trump. Homosexual y activista incansable en el movimiento LGTBI así como muy implicada en la lucha de los migrantes por y para que se respeten sus derechos básicos como personas. Pues eso, que este post es un pequeño homenaje a una gran deportista: Chapeau y felicidades, Megan… y que la fuerza maligna del Pato Donald no te cambie!