Acaba de ganar la Maratón de Boston, tiene 31 años y mañana
mismo a primera hora de la mañana tiene que estar en el curro: es conserje en
un colegio nipón. El tío es amateur y se la bufan tanto los grandes
patrocinadores mundiales como los entrenadores personales: él corre porque le
mola Y.
Las particulares condiciones atmosféricas en las que se
desarrolló la prueba, diluvio universal y vientos huracanados incluidos, le
hicieron imponerse en una carrera infernal en una de las maratones más
prestigiosas del globo por delante de todos los favoritos que fueron cayendo
uno a uno ante las inclemencias del tiempo y el potencial de un japo mentalizado
para ganar la prueba. Everybody le conoce en la línea de salida de todas las
ciudades del mundo (nadie participa en más pruebas que él, 10 al año, muy por
encima de las 3 o 4 como mucho que corren los atletas profesionales).
Investigando un poco, con lo que van a mí estas cosas tan freaks, descubro que
ha llegado a correr pruebas vestido con traje y corbata o con un disfraz de
conejo de peluche, cosas así, buah, flipante…
Recomiendo saber algo más acerca de quién es “Citizen
Runner”, que así es como le conoce todo el mundo que se dedica a esto, en
Wikipedia, (la historia del Master de los 42km y 195m. está en inglés) y ya de
pasó leer un muy interesante libro de memorias de Haruki Murakami (“De que hablo
cuando hablo de correr”) y que a mí me gustó mucho en su momento de ahí que
incluya el consejo final como complemento… así con rima y tal.
¡Grande, Yuki! Te has ganado un hueco en este, mi humilde
blog. Felicidades, nen.-