“El vampirismo es la clave de mi relación con el prójimo, es
el único mecanismo que me permite relacionarme. Por supuesto, es una metáfora.
Los vampiros propiamente dichos no existen, son apenas el punto en que se enganchan
todas esas formas de parasitismo vergonzante que necesitan de la metáfora para asumirse. La forma que toma en mí esa metáfora es especial, como digo. Lo que le
succiono al prójimo al que me prendo no es dinero, ni seguridad, ni admiración,
ni, pasando al rubro profesional, temas o historias. Es el estilo. He
descubierto que todo ser humano, todo ser vivo en realidad, además de todo lo
que puede exhibir como posesiones materiales y espirituales, tiene un estilo
con el que hace la gestión de esas posesiones. Y he aprendido a detectarlo y
apropiármelo.”
Krustcomment: César (el prota es el alter ego del autor,
supongo) es un escritor de medio pelo que se gana la vida con la traducción
(personaje repetidísimo en literatura, por cierto) pero tiene otra cualidad
secreta: el pavo es un científico loco chipirifláutico. Resulta que se hace
millonario encontrando un tesoro (resuelto en 12 páginas en la primera parte
del libro: “El Hilo de Macuto”) y luego ya se va al congreso de literatura del
título propiamente dicho (el resto de la novela corta que resuelve en apenas
100 páginas) donde se propone clonar a Carlos Fuentes, el autor panameño/mexicano,
con un aparatejo de su invención pero la cosa acaba saliéndole mal y acaba
provocando la invasión de una plaga de flipantes gusanos azules (esto supongo
que lo pilló de la gran “Dune” – Frank Herbert) y todo ello con la típica historieta
de amor metida con calzador y tal…
Me ha recordado mucho, relato corto delirante, a Javier
Tomeo pero me ha gustado bastante menos a pesar de algún buen fragmento como el
escogido para el post. Primer libro que leo de este autor argentino, bastante
bien considerado por la crítica mundial, mi adorado Roberto Bolaño siempre lo
recomendaba… no sé yo si le seguiré el rastro bibliográfico.-