“Los problemas de
mi padre habían comenzado unos diez años antes, cuando la memoria se le había
empezado a erosionar. De pronto perdía carteras y juegos de llaves cada vez con
mayor frecuencia. Se quedó sin trabajo después de que hubiera dejado solos a
sus clientes en el banquillo de los acusados, repetidas veces, mientras él
deambulaba por las calles e intentaba recordar dónde había dejado el coche. A
mí me había olvidado prácticamente dos años antes, y el mes anterior, al
despertarse de una siesta de dos días, no reconoció a mi madrastra. Llamó a la
policía. Ella tuvo que enseñarles dos documentos que acreditaban su identidad
para que no la detuvieran por allanar su propia morada.
Nadie sabía muy
bien que hacer. Habíamos buscado residencias, pero había una lista de espera de
diez años si no pedías la plaza para un tarado gritón con una sarta de
problemas, desaseado y dado a insultar a la gente. Aparte de aguantar a mi
padre, Lucy no trabajaba. Vivía de los ahorros de él. Mi padre sólo tenía sesenta
años y, por lo demás, gozaba de buena salud. Podía seguir consumiendo dinero y
consumiendo a los demás de preocupación, al menos, durante otros veinticinco
años.”
Krustcomment: Irregular y multipremiada recopilación de
nueve relatos cortos de una longitud media de unas veinticinco páginas: “La
costa marrón”, “Retiro”, “Ejecutores de
energías importantes” (Fragmento seleccionado para el post), “A través del
valle”, “Leopardo”, “El ojo tras la
puerta”, “La América salvaje”,
“En la feria” y el que da título al libro “Todo arrasado, todo quemado”; entre
los que destacaría especialmente los subrayados en negrita.
Wells Tower (Vancouver, Canadá, 1973) es un autor relativamente joven que
aquí se gana la oportunidad de seguir leyéndolo aunque, en mi opinión, ese
traje con etiqueta comparativa que le cuelgan asociándolo a nombres tan grandes
del relato corto como Raymond Carver o John Cheever le venga, hoy por hoy,
demasiado grande. Tiempo al tiempo, interesante lectura en todo caso.-