“El viejo Lester
había muerto en la misma cama que ahora ocupaba Jeeter, y había sido enterrado
al día siguiente. La noche de la muerte, mientras Jeeter y algunos otros
hombres velaban el cadáver, alguien había sugerido ir a Fuller para comprar
algunos refrescos y tabaco, pues debían estar en vela toda la noche y sentían
necesidad de beber algo y de fumar. Como todos ellos, incluso Jeeter, querían
ir a Fuller, pusieron el cadáver en el granero, que era el único sitio en que
se podía guardar algo y hallarlo intacto más tarde, y cerraron la puerta con
llave. Negros y blancos tenían por costumbre entrar durante la noche en casa de
los Lester y llevarse todo lo que no estaba guardado; ninguna de las puertas
tenía cerradura. Cerraron la puerta y, después de guardar la llave, marcharon a
Fuller a por los refrescos y el tabaco.
Volvieron tres o
cuatro horas después y, tan pronto como desengancharon las mulas de los carros
y las ataron a las ruedas para el resto de la noche, los hombres abrieron la
puerta del granero, alzaron el ataúd y lo llevaron de nuevo a la casa. El resto
de la noche la pasaron contemplando la caja, bebiendo refrescos y mascando
tabaco.
Al día siguiente,
en los funerales, antes de bajarlo a la tumba, el ataúd fue abierto para que
los familiares y amigos pudieran mirar por última vez al extinto. Levantaron la
tapa y, tan pronto como se abrió por entero la caja, una rata enorme saltó de
su interior y desapareció en el bosque. Nadie sabía cómo podía haber podido
entrar la rata, hasta que alguien encontró en el fondo del ataúd un agujero,
abierto por el animal, que había roído la madera en el granero.
De uno en uno,
los asistentes fueron desfilando ante el ataúd, y cada vez que llegaba a uno de
ellos el turno de mirar el cadáver, su expresión cambiaba. Algunas mujeres
reían, y los hombres se sonreían. Jeeter corrió a ver qué había sucedido. La
rata había comido casi todo el lado izquierdo de la cara y el cuello de su
padre. Jeeter cerró el ataúd e hizo alejar a todos de inmediato. Nunca había
olvidado aquel momento.”