De nada sirve sentarse y preguntarse por qué, muchacha.
Además no tiene importancia, si aún no lo sabes. Cuando el gallo cante al
romper el alba, mira por tu ventana y habré partido. Tú eres la razón para
proseguir el viaje. No lo pienses dos veces, está bien.
De nada sirve que enciendas tu luz, muchacha. Esa luz que
nunca conocí, Estoy en lo más oscuro de la carretera. Todavía quisiera que
hubiera algo que pudiera hacer o decir para hacernos cambiar de idea y
quedarme. De todos modos, nunca hablamos demasiado. Así que no lo pienses dos
veces, está bien.
De nada sirve que grites mi nombres, muchacha. Como no lo
hiciste antes… ya no puedo oírte. Voy pensando, sorprendido, mientras camino
por la carretera: una vez amé a una mujer, una chiquilla según me dijeron. Le
di mi corazón, pero ella quiso mi alma. Pero no lo pienses dos veces, está
bien.
Voy caminando por esta larga y solitaria carretera,
muchacha. No puedo decir adónde me dirijo. Pero adiós es una palabra demasiado
fuerte, así que sólo diré que lo pases bien. No digo que me trataras mal, pudiste
portarte mejor, pero no importa. Tan sólo malgastaste mi precioso tiempo. Pero
no lo pienses dos veces, está bien.
PHOTO: “Roads” – Andy Lee