Pues ayer fuimos a ver “Blade Runner 2049”, la continuación
que nunca debió rodarse de la mítica “Blade Runner” dirigida por Ridley Scott
en 1982, una de las grandes cumbres de la Historia del Cine de todos los
tiempos para el que esto escribe; aunque a pesar de todos los pesares que, me
temo, siempre colgarán sobre esta secuela moderna me parece de justicia
comentar que la cinta de Villenueve entretiene que no es poco para los
infaustos tiempos creativos que se ciernen sobre el 7º arte en la actualidad de
nuestro año 2017.
Y poco más que añadir de una película en la que sería muy fácil
caer en el spoiler barato a la hora de intentar resumir y/o analizar su
argumento, que no es poco no se crean, decir que no le llega ni a la suela de
las botas a la original era algo que uno ya tenía muy asumido, sin embargo hay
que valorar en su justa medida el ejercicio de entretenimiento (demasiado
estirado en su tercio final, va de más a menos claramente, y ese es el mayor
lastre con el que tendrá que acarrear en mi opinión) con el que todo el equipo
de la película intenta rozar la posteridad del original desde un prisma de
vista distinto con puntitos de efecto especial que acaban creando desafectos en
el espectador más exigente pero que, a su vez, acercará a mucha gente joven que
visione este Los Angeles 2049 hasta aquel L.A. 2019 que fue la Madre de todas
las Madres del noir fiction. Derecho a réplica, siempre por supuesto, pero queda
claro que sin evolución no hay camino hacia la posteridad.-
Lo mejor: Robin Wright (Teniente Joshi) y Sylvia Hoeks
(Luv). Los espectaculares primeros 45 minutos aprox.
Lo peor: Harrison Ford (Rick Deckard nunca habría aceptado
este papel…). La lamentable BSO a años luz de la original de Vangelis.
Valoración Personal: 2 estrellitas sobre 5