miércoles, 23 de agosto de 2017

El fin de Alice – A.M. Homes


     “Cárcel. Una vieja y ácida fregona. El olor como a lejía de las sales me sacan de mis pensamientos. El hombre limpia con una mezcla tan fuerte que si hace bien su trabajo –como debe hacerse-, cuando haya acabado estaremos restregados a conciencia: el suelo estará limpio, los pulmones estarán limpios y estarán limpios nuestros pensamientos. Le deseo mucha suerte. El cubo salpica cuando el preso se me acerca. Los tentáculos grises de la fregona mojan mi celda.
     -¿Limpio? –pregunta.
     -Sí, ¿por qué no? –digo, levantando mis pies del suelo. Él hace un barrido rápido del lugar y se marcha. Observo sentado el agua que se evapora, el olor de esta estopa rancia que cuaja y se torna alta y delgada como leche cortada.”