De vuelta a casa tras un viaje tan maravilloso e intenso,
son tantas las experiencias acumuladas y dignas de ser contadas a quién pueda
interesar que nos lo vamos a tomar con la paciencia necesaria, para eso este
Blog dispone de una etiqueta particular dedicada a ese fascinante país, en todos
los sentidos, que es Japón… si antes ya era un apasionado del tema me da a mí
que la pedrá del impacto vivido me va a reforzar en mi condición de
frikijapo...
Han sido 14 días como 14 soles nacientes con su docena de
noches correspondientes ya que dos de sus lunas se pierden en esa historia tan
complicada e incomprensible -para este lerdo servidor de ustedes- que son los
cambios de horarios según se va dando un garbeo completo por otras latitudes de
la bola del mapamundi. Tokyo como base porque es una mega-metrópolis única en
el mundo (sí, sí, por encima de New York en mi opinión, y/o de otras citys que
tengo la suerte de conocer…) digna de ser descubierta en profundidad, cada uno
de sus barrios merece como mínimo una jornada completa de investigación, aunque
desde aquí les recomiendo que se tomen algún día en ‘escapar’ del bullicio de
sus siempre animadas calles y se tomen un ‘descanso’ por algunas de las
localizaciones situadas a tiro de piedra de la ciudad –trenes rigurosamente
funcionales mediante- para recargar pilas y desconectar de la abrumadora
capital: en nuestro caso particular han sido 3 impresionantes conquistas:
Hakone, Nikko y Kamakura...
¿Qué es lo que más me ha gustado? La pregunta se responde en
una sola palabra: TODO, desde la extrema amabilidad de sus ciudadanos (uno se
da cuenta de que hay otras formas de hacer las cosas en sociedad además de la
occidental y encima va y les funciona. Completamente convencido de que lo van a
bordar en la próxima Olimpiada allá por el 2020…) hasta cualquiera de sus
extraordinarios rincones siempre tan trabajados con esa manera tan exquisita
que tienen los japoneses de hacerlo todo mimando hasta el infinito y más allá el
sutil encanto de la BELLEZA en cada una de sus múltiples manifestaciones; creo
que no hace falta añadir nada más… pero bueno, alguna cosilla iremos contando
en forma de reportaje existencial con el apoyo de ese memorable archivo
fotográfico que hemos traído de vuelta a casa… una agostada Barcelona, siempre
extraña e irreconocible para los que la habitamos el resto del año. De momento,
resituándonos y tal… Salut!
Imagen: La foto está tomada desde Hakone, es muy difícil
apreciar desde allí el monte Fuji (sólo es posible en extraños días despejados
y sin que las nubes condensen su cima), los dioses fueron agradecidos con
nosotros y nos permitieron grabar esta imagen en la retina, esa montaña del
fondo sin las conocidas nieves perpetuas de su cima pero a cambio con un manto
de nube estival lamiendo su cumbre (y otra gorda y caprichosa a la izquierda
que solo cinco minutos después devoró el breve momento de gloria que no
pudieron disfrutar otros fotógrafos menos afortunados); a la derecha, sumergido
en las aguas de lago, también se pueden apreciar un impresionante tori rojo que
también visitamos desde su base tras una mínima ruta senderista apta para todos
los públicos.