Reggie
para los amigos
Tenía
ganas de leer esta obra clásica del humor british que sirvió de inspiración a
una de las comedias televisivas más famosas de todos los tiempos en UK, el
resultado es una experiencia placentera de sonrisa permanente aunque sin llegar
a provocar la carcajada, labios sostenidos con pinzas modo joker para que se
hagan una idea, suficiente para lo que se le pedía a una lectura de estas
características, ideal para ser disfrutada tras el abordaje de alguna otra novela
de tono duro como la vida misma. Con un argumento bizarro y surrealista a partes
desiguales Nobbs consigue algún que otro momento realmente delirante, y da
empaque a un personaje realmente (lo entiendo, créanme) inolvidable.
Londres
residencial con toque suburbial. La historia de Reginald Iolanthe Perrin
(R.I.P. bordado en oro en su maletín cuando en la primera página lo vemos
abandonar su casa de camino al trabajo despedido en la puerta por su
encantadora esposa tras un frugal desayuno), un tipo tan mediocre como un zapato
agujereado de mercadillo que viste rollo corte inglés en concordancia a su
status de ejecutivo de ventas con bastante pedigree en una empresa de preparados
alimenticios (Postres Lucisol: lo mejor de la función toda la peña que allí se
lo curra, compañeros, secretarias, jefes, conferencias, reuniones…). Trabajo y
familia, pilares sociales: Dos hijos (un actor por debajo de lo infumable, una
ama de casa producto de los tiempos que corren –años 70/80-), dos nietos que ya
pintan calcamonías de sus papis, un hermano en Escocia que aparece hacia el
final, un cuñado de armas tomar (mi personaje preferido, juas!), una mujer que
se lo quiere mucho… o puede que un poco menos; y una crisis personal, la de los
46 años, de consecuencias imprevisibles.
David
Nobbs, recientemente fallecido – R.I.P. again-, era hijo y nieto de profesores,
trabajó en un periódico de Sheffield (“El periodista más pésimo de la historia
de Inglaterra”, según sus propias palabras) antes de hacerse escritor
explotando la veta de un sentido del humor muy personal (la capacidad de reírse
de uno mismo, algo que personalmente me encanta como ya he comentado alguna vez
por este fucking blog…), tras algún intento fallido de llegar al gran público
fue a raíz de esta novela de 1975 donde pegó su auténtico pelotazo particular
en el mundo de las letras al que siguieron otra serie de secuelas: “The return
of Reginald Perrin” (1977), “The better world of Reginald Perrin” (1978) y “The
legacy of Reginald Perrin” (1995) que estaría bien que alguien publicara en una
edición póstuma de modo conjunto. Por lo visto era un tipo muy sencillo que
pasaba la mayor parte de su tiempo en los pubs de su barrio, al que le gustaba
la vida en la campiña y el descubrimiento de otros pubs más rurales (con toda
la pasta que ganó con sus novelas se hizo una casa de esas bien chulas sobre
una colina en North Yorkshire) que solo abandonaba para ir a seguir los
partidos de su equipo como hincha acérrimo del Hereford United… eran tan malos
que por lo visto ya no podían descender más categorías y el equipo acabó
desapareciendo en 2014 a pesar de ser un club histórico. Puro Perrin, man.-
Imágenes:
“The fall and rise of Reginald Perrin” – Versión TV. Escudo del Hereford United