Si no cuento mal este último libro que he leído – “Dos
mujeres en Praga”- es la novela nº9
(creo que luego haré un resumen exprés para ponerme al día) que leo de
entre la surtida bibliografía de Juan José Millás. Como marca de la casa me
gusta la manera que tiene de inmiscuirse en sus propias novelas (recuerda a
otro autor que me gusta cuando utiliza este recurso: Emmanuel Carrère, al igual
que la casuística que tanto apasiona a Millás me hace pensar en Paul Auster);
también me encanta el modo en que se mueve entre la mentira y la verdad (esta
novela es un claro ejemplo de ello) o entre la fantasía y la realidad (esos
personajes de ficción saliendo del fondo de las páginas reclamando su espacio
en la obra real); vaya que es un tipo al que sigo regularmente, porque uno
siempre ha valorado sobremanera a la gente que tiene un estilo propio a la hora
de contar las cosas y sobre todo sabe diseccionar con bisturí fino las cuitas
de la gente normal de la calle, aunque este mismo uno siempre le nota a Millás
una especie de método plano, planificado hacia sus personajes (puede que
involuntario), en el que sus novelas se aceleran de tal manera en cierto punto
que casi siempre acaban alcanzando una extensión similar, pongamos 200 páginas,
pienso que no estaría de más que alguna vez intentara dejar reposar
situaciones, conflictos argumentales y demás e intentar darle a la obra una
estructura más compacta, un empaque más ambicioso en cuanto a intentar
redondear la historia que nos cuenta…
Praga solo existe en la imaginación de los personajes
(localizada íntegramente en Madrid, salvo la ‘excursión’ a Barcelona de la
parte final), las dos mujeres resultan fascinantes cada una a su manera (la
misteriosa Luz Acaso y María José, la chica del parche en el ojo derecho que
explora obsesivamente el lado izquierdo de la vida…), y los dos hombres: un
Álvaro Abril que me ha parecido bastante flojito (¡No me ha gustado la carta a
la Madre!) y el propio narrador, alter ego del autor, cargando con el peso de
la historia en mochila ligera. En su globalidad, “Dos mujeres en Praga”
quedaría situada a un nivel medio entre todas las que le he leído… en
fin, que vamos pues con el repasillo de marras al C.V. de obras leídas hasta la
fecha de este autor (todas sus novelas son cortitas y fluyen con mucho ritmo,
punto a favor este) que era lo que me interesaba postear hoy a modo de
organización personal:
· “Cerbero son las sombras”
· “La soledad era
esto”
· “Tonto, muerto,
bastardo e invisible”
· “El desorden de tu nombre”
· “Dos mujeres en Praga”
· “Laura y Julio”
· “El mundo”
· “Lo que sé de los hombrecillos”
· “La mujer loca”
* Pendientes que más me interesan, aunque al final acaben
cayendo otras y tal: “Visión del ahogado” y “El jardín vacío”.-