viernes, 16 de octubre de 2015

Tirando millas

Si no cuento mal este último libro que he leído – “Dos mujeres en Praga”- es la novela nº9  (creo que luego haré un resumen exprés para ponerme al día) que leo de entre la surtida bibliografía de Juan José Millás. Como marca de la casa me gusta la manera que tiene de inmiscuirse en sus propias novelas (recuerda a otro autor que me gusta cuando utiliza este recurso: Emmanuel Carrère, al igual que la casuística que tanto apasiona a Millás me hace pensar en Paul Auster); también me encanta el modo en que se mueve entre la mentira y la verdad (esta novela es un claro ejemplo de ello) o entre la fantasía y la realidad (esos personajes de ficción saliendo del fondo de las páginas reclamando su espacio en la obra real); vaya que es un tipo al que sigo regularmente, porque uno siempre ha valorado sobremanera a la gente que tiene un estilo propio a la hora de contar las cosas y sobre todo sabe diseccionar con bisturí fino las cuitas de la gente normal de la calle, aunque este mismo uno siempre le nota a Millás una especie de método plano, planificado hacia sus personajes (puede que involuntario), en el que sus novelas se aceleran de tal manera en cierto punto que casi siempre acaban alcanzando una extensión similar, pongamos 200 páginas, pienso que no estaría de más que alguna vez intentara dejar reposar situaciones, conflictos argumentales y demás e intentar darle a la obra una estructura más compacta, un empaque más ambicioso en cuanto a intentar redondear la historia que nos cuenta…


Praga solo existe en la imaginación de los personajes (localizada íntegramente en Madrid, salvo la ‘excursión’ a Barcelona de la parte final), las dos mujeres resultan fascinantes cada una a su manera (la misteriosa Luz Acaso y María José, la chica del parche en el ojo derecho que explora obsesivamente el lado izquierdo de la vida…), y los dos hombres: un Álvaro Abril que me ha parecido bastante flojito (¡No me ha gustado la carta a la Madre!) y el propio narrador, alter ego del autor, cargando con el peso de la historia en mochila ligera. En su globalidad, “Dos mujeres en Praga” quedaría situada a un nivel medio entre todas las que le he leído… en fin, que vamos pues con el repasillo de marras al C.V. de obras leídas hasta la fecha de este autor (todas sus novelas son cortitas y fluyen con mucho ritmo, punto a favor este) que era lo que me interesaba postear hoy a modo de organización personal:

· “Cerbero son las sombras”
·  “La soledad era esto”
·  “Tonto, muerto, bastardo e invisible”
· “El desorden de tu nombre”
· “Dos mujeres en Praga”
· “Laura y Julio”
· “El mundo”
· “Lo que sé de los hombrecillos”
· “La mujer loca”

Pendientes que más me interesan, aunque al final acaben cayendo otras y tal: “Visión del ahogado” y “El jardín vacío”.-