La radio vomita una pequeña crónica sobre la muerte
anunciada de Joan Garriga, así fue como me enteré ayer, recuerdo haber leído en
algún sitio una de sus últimas entrevistas en que él mismo manifestaba: “Estoy
sin rumbo y a la deriva, esto no acabara bien”. Tras sufrir el desahucio de su
casa, que el siempre consideró injusto y que lo dejaba en la puta calle, tras
haber sufrido dos infartos e intentar superar una dura y negrísima historia
personal derivada de su salvaje adicción a todo tipo de drogas por la que tuvo
importantes problemas con la justicia, condenas por conducción temeraria incluidas… pero yo siempre
simpaticé con él, desde que lo vi pilotar y ganar una de las 3 ediciones que abultan
su palmarés en las míticas 24 Hores de Montjuïc, una experiencia inolvidable
por cierto; por eso le pongo aquí, en el cementerio de este blog, su lápida
correspondiente junto a la de otra gente que a mí personalmente me
aportó algo en el transcurrir de esta vida… la mía.
Además de conseguir varios campeonatos de España, Garriga
siempre será recordado por el subcampeonato del mundo de 250cc del año 1988
donde protagonizó un espectacular duelo con otro piloto barcelonés, Sito Pons,
aquellos enfrentamientos entre ellos donde los carenados de las motos de ambos
echaban chispas en cada carrera dividió a los espectadores catalanes (mundiales
supongo que también) entre el frío y calculador Pons y el irascible y agresivo
Garriga, aquel año todo el mundo estuvo pendiente de la tele hasta la última
carrera celebrada en Brasil con el título mundial en juego donde en una curva
de izquierdas el impetuoso Joan perdió el control de su máquina y sobrevoló el
asfalto en una dura caída de lo que ya nunca se pudo levantar (aunque continuó
corriendo en la categoría superior de 500cc) y que abrió a Pons las puertas de
la gloria con la bandera a cuadros dándole la bienvenida al éxito futuro. Aquella
rivalidad generó en Catalunya tal fiebre que los numerosos aficionados al motor
del país exigieron a las autoridades competentes la creación de lo que hoy es
el actual Circuito de Catalunya en Montmeló. Garriga era conocido como el
Menjacocos (Comecocos en castellano) porque siempre llevaba uno de aquellos
bichos de videojuego en el casco apuntando al rival situado inmediatamente
delante, ñam ñam, poco imaginaba que la crudeza de la vida acabaría devorándolo
a él, alguien me contó que lo habían visto por esos circuitos de dios firmando
camisetas por un puñado de pesetas (euros, yenes, dólares, marcos, francos, lo
que sea…) para metérselas por la nariz, por la boca, por la vena…
Joan Garriga falleció alrededor de las 16.30 horas del
pasado lunes en el Hospital Clínic de Barcelona tras las complicaciones
derivadas de un accidente de tráfico con su motocicleta… como no podía ser de otra manera o puede
que sí. Hasta luego, Campeón!