“La
espectacular destrucción de la bella, sensitiva y emocional actriz Frances Farmer aportó a Cinelandia otro drama sacado de la vida real que, en 1943,
compitió en las primeras planas de todo el país con la tumultuosa querella
Chaplin-Barry y una pequeñez llamada II Guerra Mundial.
En el año
1935 y tras vencer la Farmer en un concurso de popularidad patrocinado por una
revista, la Paramount tendió sus garras a la “nueva Garbo” poniéndole por
delante un contrato de siete años de duración. Frances, que se consideraba una
actriz seria y soñaba con interpretar a Chejov y a los clásicos (más adelante
trabajó brevemente con el Theatre Group de Nueva York actuando en Golden Boy y La Quinta Columna a las órdenes de Elia Kazan y Clifford Odets)
encontró que su Estudio la emparejaba con Bing Crosby en Rythm on the range, y codo a codo con Martha Raye y Bob Burns y su bazooka. Fue prestada a Samuel Goldwin
(Paramount hizo un buen negocio con este alquiler, aunque ni un solo penique
fue a parar al bolsillo de Frances) para una película de época, Rivales. A ésta siguieron Ídolo de Nueva York con Cary Grant, Ebb Tide con Ray Milland, El hijo de la furia con Tyrone Power y
su film más curioso, Among the living
con Albert Dekker. Posteriormente la futura actriz “intelectual” fue malgastada
en una cosa titulada Al sur de Pago Pago
al lado de Jon Hall.
Frances no
volvería a ganar concursos de popularidad en el Sur de California. Decidida
individualista que se negaba a pasar por el aro del Hollywood tradicional,
repitió en más de una ocasión que aborrecía todo lo que la ciudad significaba,
a excepción del dinero. Se creó enemigos como Zukor y otros jeques y, cuando en
1943 le llegó la mala racha, la mayoría opinó que la chica se había querido
pasar de lista, recibiendo a cambio un merecido aunque inesperado castigo.
Su derrumbe
empezó con un accidente banal: arresto por una violación de tráfico sin
importancia la noche del 19 de octubre de 1942, en Santa Mónica. Fue multada
por conducir sin licencia y ebria, llevando los faros apagados, en cierta zona
de la carretera de la costa del Pacífico. Frances odiaba a los policías; a
partir de ese momento se convirtieron en sus demonios personales. A los
patrulleros que la insultaron y trataron con arrogancia, se les enfrentó con
paralela hostilidad, y tras el combate verbal terminó arrastrada a la cárcel de
Santa Mónica. Esa noche fue sentenciada a ciento ochenta días y puesta a prueba
en libertad condicional.
No mucho
después, la arrestaron en el hotel Knickerbocker de Hollywood por
incomparecencia ante el oficial de guardia, al que debía haberse reportado;
todo esto ocurrió en medio de un comportamiento histérico, durante el cual
dislocó la mandíbula de su peluquera en el Estudio, perdió su jersey en medio
de una etílica batalla en un club nocturno y, como guinda, salió corriendo en topless en medio del tráfico de Sunset
Strip. Los policías reavivaron su paranoia golpeando violentamente su puerta y
abriéndola con una llave maestra para entrar armados y con esposas. Ella se
escondió en el cuarto de baño. Los agentes forzaron la cerradura y, tras un
salvaje forcejeo, la arrastraron desnuda hasta el vestíbulo del Knickkerbocker.
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Una imagen histórica: Frances detenida en el Knickkerbocker |
En la
comisaría de Hollywood pegaron un respingo cuando “la nueva Garbo” rellenó el
espacio dedicado a “Ocupación” con la palabra “mamona”.
En el
juzgado, mientras aguardaba la sentencia, miró al enjambre de fotógrafos que le
rodeaban y les escupió: “¡Ratas, ratas,
ratas!”. Cuando el juez le preguntó cómo había perdido su jersey en la
batalla campal del club nocturno ella negó todo conocimiento del hecho. Y
cuando su excelencia la interrogó acerca de su dependencia de la bebida,
Frances replicó en voz alta: “Oiga usted,
acostumbro a poner alcohol en mi leche. Y en mi café. Y en mi zumo de naranja.
¿Qué quiere que haga? ¿Qué me muera de hambre? Bebo todo lo que puedo
conseguir, incluida la benzedrina”.
Levantándose
de su sillón, el juez confirmó su sentencia de ciento ochenta días. “Maravilloso”, gritó Frances. ¿Acaso a usted nunca le han partido el
corazón? (Se refería a su desgraciado idilio con Clifford Odets y a su
reciente divorcio de Leif Ericson). A continuación, y haciendo gala de una
espléndida puntería, lanzó un tintero a la cabeza de Su Excelencia. La petición
de efectuar una llamada telefónica al abandonar la Audiencia le fue denegada
sin razón alguna; esto provocó que Frances embistiese a la matrona y tumbara a un
policía. Fue conducida a su celda en camisa de fuerza.
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Un día cualquiera de Frances entre rejas. Al salir, nunca volvió a ser la misma... |
Lilian V.
Farmer, su madre (que nunca había querido tener hijos y parecía una bruja
salida de un cuento de hadas), conociendo las simpatías de Farmer por la causa
comunista y su ateísmo militante, apareció en escena y arrastró su culo hacia
Hollywood donde, declarando a su hija mentalmente incapacitada, firmó los
documentos para su internamiento. Frances se negó a participar en los trabajos
manuales de la prisión. La empujaron hasta un clínica privada, donde hubo de
enfrentarse durante tres meses al pavoroso tratamiento diario de la insulina (un
método totalmente descartado hoy día). Tras los horrores del sanatorio,
quedaban aún por delante diez años de infierno total. En 1944 fue declarada
loca y confinada en Steilacoom, Washington. (“Nenes, al fin y al cabo estoy de nuevo en casa”). Su encierro fue
la prueba más horrenda que cualquier personalidad de la pantalla haya debido
soportar –la más intolerablemente trágica entre todas las tragedias de Hollywood-.
Frances no había sido feliz en el Purgatorio del Cine, donde su talento se
encontró desperdiciado por absurdos y superficiales personajes en estúpidas
películas. Sus Hados, sin piedad, la condujeron a un infierno poblado de
camisas de fuerza, correas de cuero y sádicas guardianas tan diabólicas como
marimachos.
El
incidente con Frances Farmer no debería haber sucedido nunca. Esta actriz,
excepcionalmente dotada por otra parte, no suponía amenaza alguna para la Ley,
el Orden o la Seguridad Pública. Algo que comenzó con una simple reprimenda a
una infracción de tráfico creció hasta convertirse en un caso de violencia
personal, seria acusación y sentencia carcelaria. Una mano bienhechora, un
simple abogado conocedor de su oficio, pudo haberla rescatado inmediatamente de
algo tan simple como un violación de tráfico. Pero la sobrecogedora realidad es
que la dejaron sola y, naturalmente, perdió.”
Fragmento:
“Hollywood Babilonia” - Kenneth Anger
Nombre
Real: Frances Elena Farmer
Fecha
Nacimiento: 19 de septiembre de 1913
Lugar
Nacimiento: Seattle, Estados Unidos
Fecha
Fallecimiento: 1 de agosto de 1970
Lugar
Fallecimiento: Indianápolis, Estados Unidos
Edad: 56
Causa de la
Muerte: Cáncer de esófago
Currículum
Vitae: Actriz