De jovencito ya era malote y lo expulsaron de todos y cada uno de los colegios en que lo inscribieron sus padres, por lo visto no tuvieron más remedio que internarlo por incorregible hasta la mayoría edad en una institución antifieras de Florida. Coincidiendo con la segunda guerra mundial, supongo que se veía venir tras una juventud tan movida; se enroló con los marines y se fue a pegar tiros por ahí hasta que fue herido en el nervio ciático y enviado de vuelta a casa como saldo no apto para seguir contando batallitas. Poco tiempo después, cambia de chip y se reinventa currando de fontanero en Woodstock (NY), hasta que un día, mientras se marcaba una chapuza con el desagüe de los lavabos en el teatro municipal, le propusieron sustituir a un actor que no se había presentado a los ensayos. Marvin lo tuvo claro, se acabaron las tuberías atascadas de mierda y los grifos que no cierran del todo bien…
LEE MARVIN (1924-1987)
Hacía tiempo que no lo veía asomar por alguna película, pero el otro día volví a disfrutar a lo grande con ese estupendo western político y social, eterno, noble y crepuscular, todo un clásico del género sin ninguna duda, que es “El hombre que mató a Liberty Valance” – John Ford (1962), donde interpreta al fiambre, bueno a uno de ellos... Tan duro el tipo que hicieron falta un par de hombres buenos, muy buenos, como Ransom Stoddard (James Stewart) y Tom Doniphon (John Wayne) para sellarle con plomo su pasaporte al infierno.-