Como dos soles son los protagonistas de esta historia, Aomame y Tengo, un brillante profesor de matemáticas que escribe novelas en sus ratos libres y una atractiva fisioterapeuta de gimnasio que asesina a hombres malos en sus momentos de ocio, tanto monta tanto cabe, capítulos alternos para que respiren los personajes y corriente continua para que el lector este siempre enchufado a la historia.
Acaban de alcanzar la treintena, son personas extremadamente solitarias que no se relacionan con nadie, y NADIE es NUNCA, bichos raros, independientes y autosuficientes, que no se han vuelto a ver desde que tenían diez años cuando coincidieron una tarde en el aula vacía de un colegio cualquiera y unificaron para siempre sus universos paralelos de niños a los que les habían robado la infancia. Un solo minuto juntos, la mano de ella agarra la de él, los ojos de ella atraviesan los de él, y al día siguiente la ausencia de ella descubre el vacío de él. Ellas siempre tomando la iniciativa, porque el misterio de su influjo siempre consigue imponerse al rayo de luz.
20 años sin verse más allá del recuerdo de un momento grabado en el alma y una canción desesperada: La Sinfonietta de Janácek.
Como dos mundos paralelos donde vivir siendo tu mismo, desdoblándote entre el sueño y la vigilia, como tu que visitas este espacio, que lees esto desde una pantalla que calla, chissst silencio por favor, ¿es música eso que suena… que sueña?
Con tu vida real a cuestas en el presente orwelliano de 2011, intentando escapar al portento de la imaginación virtual en que te trasformas cuando atraviesas la entrada de tu pensamiento más intimo, ese que transcurre en el mundo paralelo de 2Q11. Porque todos vivimos dos vidas, si ese es realmente nuestro deseo, una en la que intentamos pasar desapercibidos entre las normas sociales establecidas y otra en la que decimos lo que realmente queremos decir, vivimos como realmente queremos vivir, y nos importa un pimiento y medio lo que el vecino universal pueda pensar.
Puede que no creas en las dobles vidas, en los dobles mundos, pero te aseguro que existen y que puedes encontrarlos si escarbas entre la basura en que se ha convertido tu existencia desde que has dejado de soñar con algo, con alguien, con lo desconocido, con lo que conoces pero todavía no lo suficiente. Con Gobelga, con lo que quieras.
Como dos putas lunas allá en el horizonte, te frotas las sienes, cierras los ojos y vuelves a comprobarlo, no hay duda: Una grande y amarilla, la de siempre. Otra más pequeña que gravita a su alrededor, pequeñita y verde, la de nadie, la de nunca… la tuya. Ese es el primer síntoma que uno percibe cuando atraviesa esa puerta que conduce hacia lo que vive en su profunde interior, una de esas puertas de emergencia que solo se abre en una dirección, la de entrada ¿o debería decir de salida?, de escape en todo caso. Si la atraviesas, ya no puedes volver atrás, se cierra a tus espaldas con un ligero click y aunque sigues siendo tu mismo ya te has adentrado en lo desconocido, con una flor en la mano y una Heckler & Koch alemana de 750 gramos y seis balas letales en la recámara en la otra, una pistola semiautomática negra… con un retroceso imperceptible.
Y sigues sin creerte nada de esto, jodido lector, a ver como te lo explico…
Intenta recordar por ejemplo tu última polución nocturna, en ese momento tú sueñas y no puedes verlas, pero te aseguro que en el cielo brillan dos lunas. Te has follado a quién has querido, has fantaseado sin burbujas adicionales de censura, has tenido una eyaculación prolongada y más abundante que de costumbre, te has estremecido como nunca, más allá de la Locura, y has prolongado el instante de felicidad todo el tiempo que has podido, al fin abres los ojos con cautela y compruebas que todo va bien, y regresas a Cordura. Crees que ha sido un delirio onírico pero compruebas tu ropa interior y esta pegajosa, después tocas la sabana santa que protege tu espina dorsal y adviertes que también está mojada. ¿es eso elixir de realidad o tan solo fluido de balsámica pesadilla? Te levantas como un zombie epiléptico y te diriges sigilosamente hacia el lavabo, refrescas el prepucio bajo un hilo de agua fría para matar los últimos estertores de placer, enciendes la luz, te desdoblas en el espejo, atraviesas las pupilas de tu otro yo, le saludas sin palabras mientras él te devuelve algo parecido a… una sonrisa cómplice de felicidad.-
* El libro 3 todavía es un embrión en la retorcida mente de Haruki Murakami, una crisálida de aire que va formándose en su fascinante imaginación. Te aconsejo que no leas este todavía, por lo menos antes de conocer al autor en profundidad (“Crónica del pájaro que da cuerda al mundo” y “Kafka en la orilla” siguen siendo sus mejores obras en mi opinión), porque te puedes quedar con unas ganas tremendas, inaguantables, de saber como convergen esos dos universos.
Mi mundo, tu mundo, su mundo, nuestros mundos, vuestros mundos… los mundos de ellos.-