
Jim Marshall (1936-2010)
La historia del rock está plagada de fotografías imperecederas, pero pocas con la calidad expositiva de este fotógrafo que falleció la madrugada del pasado jueves en un hotel de Nueva York después de haber inmortalizado algunas de las instantáneas más recordadas por legiones de seguidores de todos los grandes ídolos de masas que retrató en escena o entre las bambalinas de sus vidas privadas; muchos intentaron seguir la estela de las estrellas pero solo a él le permitieron inmortalizar la imagen congelada de los dioses. Algo tendría el tipo cuando los permisos siempre eran concedidos…

Jimy Hendrix quemando su guitarra, haciendo alquimia entre notas musicales y fuego divino en Monterrey (junio 1967 ante 200.00 personas), Johnny Cash apuntando el dedo corazón a su cámara antes de actuar en San Quintín (Marshall también estuvo presente en los míticas conciertos de Cash en la prisión californiana de Folsom)…

Haciendo humanos, accesibles y vulnerables a los dioses del Rock: Bob Dylan en 1963 jugando como un niño persiguiendo un neumático por la Krust Street, una calle perdida de la gran manzana (je!), o la díscola y rebelde Janis agarrada a la botella en 1968…
Era el único al que dejaban entrar entre bastidores gentes como Jim Morrison, Robert Plant, Grateful Dead, Jimmy Rape, John Coltrane… e incluso The Beatles en el último de sus conciertos en San Francisco, 1966. Todos los músicos le respetaban por su profesionalidad pero sobre todo por su cabezonería en conseguir las fotos. Simplemente era uno de ellos…


