
Un día mi mujer me preguntó quién de entre todas las modelos me parecía más atractiva, es una preguntilla que se las trae, pero cuando existe la suficiente confianza para hacerla y para responderla uno tampoco se anda demasiado por las ramas, o sí, como que le surge el lado mono bestia animal de su condición y no necesita demasiado tiempo para dar una respuesta. No entiendo demasiado de este tema, digamos que me interesa lo justo y necesario para comprender el mundo en que vivimos, donde la publicidad ocupa una localidad muy importante en nuestro teatro de estímulos exteriores, yo me rebelo contra ellos porque no me rijo por las modas, nunca lo he hecho, eso no quiere decir que no estudie el componente social que se deriva de ellas.
La señorita en cuestión ya tiene 35 años y su nombre es fácil de recordar, ahora que casi todas las famosas de la pasarela tienen apellidos interminables y te suenan a atletas rusas, más allá de lo que se esconde tras el maquillaje y cuando uno ha aprendido a valorar la belleza física en su justa medida; dejando atrás su agitada vida personal que incluye noviazgos con famosos tan piradotes como ella, me parece una chica muy atractiva, de las que posee una fotogenia fuera de toda duda (hablo de mis gustos personales, claro), que sabe mimar a la cámara para que esta capte lo mejor de ella, como sucede con Juliette Binoche o Natalie Portman en el cine por poner algunos ejemplos similares.
Yves Saint Laurent, este no se quién es, que no le pongo un careto pero me suena vaya, saca un perfume de esos carillos al mercado para que los pijos se los regalen en papel de celofán barato a sus futuras conquistas, mucha pasta en juego, todas las estrellas de la pasarela detrás del pastel económico del spot, y resulta que la elegida entre todas las pardillas es la femme fatale, y yo que me alegro.
- Lo sabía! – Me contestó…
Musica Spot: Depeche Mode - "I feel you"





siempre quiso plasmar por escrito sus experiencias personales en el conflicto bélico, y perdido en la absoluta diatriba de escribir sobre la seriedad de la contienda, la luz de la inspiración lo llevó hacia el terreno de la imaginación, que como ya sabemos, siempre supera a la realidad... ¿o no?,vete tu a saber, la cuestión es que la escritura irónica e incisiva a partes iguales con que el autor construye su “epopeya” (no os asustéis, son solo 188 páginas) antibelicista consigue atravesar la barrera de la ficción y acercarnos a una realidad que hasta da miedo reconocer, creer; y no tenemos otro remedio que aplaudir la inspiración de un escritor que hace creíble a un personaje patético por fuera e intenso por dentro, es más, nos monta en su máquina del tiempo y solo nos cobra, pongamos 6 euros que debe valer ahora este libro… baratito, eh?











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