sábado, 29 de agosto de 2020

Noche cerrada – Chris Offutt

“Mi padre plantó un huerto en el que se colaban los mapaches. Se cansó de que se lo dejaran siempre hecho unos zorros y se comieran lo mejor. Al final tomó una determinación, la mitad del huerto sería para él y la otra mitad para los mapaches. Tendió una cuerda alrededor y colgó unas latas de manera que traquetearan en cuanto las tocaran. Luego se pasó unos cuantos días echándose a dormir ahí fuera con un calibre veintidós y cuando las latas lo despertaban, trataba de identificar dónde estaba el mapache. Si estaba en el lado del huerto que le correspondía, lo dejaba en paz. Pero si a alguno se le ocurría colarse en el otro lado, le pegaba un tiro. Al día siguiente lo despellejaba y colgaba la piel en un palo. Se ventilaba dos o tres por semana. Al final, los mapaches comprendieron cuál era su lado del huerto y se mantuvieron alejados del otro.”