sábado, 1 de julio de 2017

M Train – Patti Smith


     “Las semanas siguientes me senté a mi mesa del rincón y no leí a nadie más que a Murakami. Levantaba la cabeza el tiempo justo para ir al aseo o pedir otro café. Baila, baila, baila y Kafka en la orilla siguieron rápidamente a La caza del carnero salvaje. Y por fin, fatídicamente, empecé Crónica del pájaro que da cuerda al mundo. Ese fue el libro que me perdió, pues disparó una trayectoria irrefrenable, como un meteoro lanzado a un sector de tierra yerma y realmente inocente.
     Hay dos clases de obras maestras. Están las obras clásicas, colosales y maravillosas como Moby Dick, Cumbres borrascosas o Frankenstein o el moderno Prometeo. Y luego está la clase de obras en las que el escritor parece infundir energía viva a las palabras mientras que el lector es centrifugado, escurrido y tendido a secar. Libros devastadores, como 2666 o El maestro y Margarita. Crónica del pájaro que da cuerda al mundo es uno de ellos. En cuanto lo terminé me vi obligada a leerlo de nuevo. De entrada, no tenía deseo alguno de abandonar su atmósfera.”