“Ya era tarde, y
todo empezaba a estar oscuro.
Observé que por
primera vez en toda mi vida no me parecía divertido sentirme dentro de la
novela de otro, en este caso dentro de un libro de Robert Walser. Si bien era poético
pensar que, tal como sucedía en El paseo,
se había hecho tarde y todo se estaba volviendo oscuro, en cualquier caso
parecía más oportuno que eso lo viviera quien lo había escrito, o sea Walser, y
no yo. Y sin embargo era inquietante ver que me estaba ocurriendo exactamente lo
mismo que le ocurría al feliz narrador de ese libro: oscurecía, y de pronto
pensaba que era mejor dejar de pasear. Normalmente, yo estaba ya en casa cuando
caía la negrura; de ahí que mi melancolía de ese día en Kassel se pareciera a
la de Walser.”
Krustapunte: Desde luego este fragmento invitará a todos los
admiradores de Walser, que son legión comandada por el propio Vila-Matas, a
leer esta novela. Personalmente me ha gustado aunque no me ha maravillado, (digamos que todos los escritos del autor me parecen sumamente interesantes –unos más que
otros, claro-) a pesar de ciertas ‘inconexiones dentro de la desconexión’ que
suponía la escapada al Documenta 13’ (¿en serio eran necesarias las referencias
a la patria Catalana, Enrique?). Bueno, apúntensela los fannes de Walser -y del propio Vila-Matas, of course!- porque es un paseo alucinante y en toda regla a través del arte
contemporáneo que el ser humano es capaz de crear en sus diferentes disciplinas,
y ciñéndonos a las letras, déjense acompañar por otros literatos que van
asomando por el camino: Kafka, el gordo Cela, Roussel y su ‘Locus Solus, etc…
Bon voyage.-