sábado, 9 de octubre de 2010

Segismundo Sapiens Sánchez


Leyendo el otro día un reportaje muy interesante sobre la inteligencia aplicada a un grupo de trabajo, vamos a llamarlo X por lo pornográfico que pueda tener la imaginación si pensamos en que pueden estar barruntando en una mesa cualquiera de negocio empresarial… hacían referencia a los distintos tipos de inteligencia inherentes a la individualidad de 1 ser humano, y es aquí donde uno se para a pensar en todas las personas que han pasado por su existencia, que ha conocido o conoce en un ambiente digamos íntimo, y le va colgando a fulanito la etiqueta nº2, a menganito la 3 y la 4, listito colecciona en su mente cinco de ellas, e incluso recuerda que fofito las tiene todas, joder que suerte, ¿no?, pero no nos engañemos pues ya sabemos que la sabiduría mal aplicada puede hacer mucho daño a la sociedad como colectivo, mientras que si esa persona posee alguno de estos OCHO TIPOS DE INTELIGENCIA y tiene la inmensa generosidad de compartirla con los demás (sean familiares, amigos o simplemente conocidos y residentes en su círculo personal), da como resultado unos momentazos tremendos de aprendizaje en quién pueda estar dispuesto a interesarse por ellos. El saber escuchar, observar, y retener los conocimientos adquiridos que valgan la pena, no ocupa lugar. Eso deberían decir los que saben.

1. LINGÜÍSTICA: Capacidad para hablar, escuchar, leer y escribir.
2. LÓGICA-MATEMÁTICA: Capacidad para calcular, formular hipótesis y utilizar el método científico.
3. ESPACIAL: Capacidad para presentar ideas visualmente y crear imágenes mentales.
4. MUSICAL: Capacidad para escuchar, cantar y tocar instrumentos.
5. CORPORAL CINÉTICA: Capacidad para realizar actividades con el propio cuerpo.
6. INTERPERSONAL: Capacidad para relacionarse con otras personas.
7. INTRAPERSONAL: Capacidad de conocerse y comprenderse a uno mismo.
8. NATURALISTA: Capacidad para percibir las relaciones entre especies, personas u objetos distintos.

Como mínimo, curioso y sorprendente el resultado final de este estudio donde se afirmaba que la inteligencia de un grupo no depende de la inteligencia individual de sus miembros. Que cada uno extraiga sus propias conclusiones y que se pregunte a si mismo cuántos de estos puntos coronan su I-ndivi-(dualidad), perdón por la ecuación del metafísico palabro, o de la peña que gravita a su alrededor, es una buena manera de conocerse un poquito mejor a uno mismo y sobre todo a los que le rodean.-