jueves, 3 de septiembre de 2009

Humedad en las bodegas de la mente

¿A que tenemos miedo? A decir lo que pensamos o a lo que pensaran los demás de lo que decimos; a que nos mate el tiempo vivido o a matar el tiempo en hacer lo que realmente nos de la gana; a reconocer que nos hemos equivocado o a evadir la reparación de los daños colaterales que produce cualquier error, a hablar en público o a tener que tragarnos ese discurso que no nos interesa; a meter la pata o a que te pateen el trasero, a estar solos o a equivocarse en compañía; a que nos peguen un virus maligno o a besar al enfermo que habita en la imaginación; a darnos a nuestro modo tal como somos o a que nos den morcillas de cualquier manera; a que no suene el teléfono o a tener que contestar la llamada; a estrellarnos contra un muro o a pasear bajo las estrellas; a activar todo nuestro potencial o a paralizarnos al sentir su aliento en la proximidad…
No existe remedio contra el miedo, o puede que sí, ni medicina especializada en abortar esa sensación cuando ya se ha apoderado de ti, o puede que también, probablemente si sales por patas, cuando intuyes su presencia, caigas en las arenas movedizas de la precipitación y ese miedo que se esconde en el fondo de la ciénaga tirará de ti hacia abajo glu-glu deglutiéndote, si lo afrontas sin miedo (bendita contradicción) tienes muchas opciones de minar minar eliminarlo...
Una gran mayoría de los seres humanos en el fondo no creen en nada, pero tienen miedo de todo, ¿miedo?, ¿de qué?.-