lunes, 25 de octubre de 2021

Mal dadas – James Ross

 

     “Hubo otro tipo de gente de Corinth que acudió a investigar, gente como Dios manda, a la que le gustaba tomar un trago de cuando en cuando. Y, si no miraba nadie, le daban un beso a la mujer del vecino, le pellizcaban el trasero y dejaban caer la mano hasta ponérsela en el muslo; siempre por accidente, claro. Esos se quedaban siempre en el coche porque allí podían emborracharse más discretamente. Si corría la voz de que habían ido a beber y a soltarse el pelo, perderían credibilidad en la iglesia y entre la gente como Dios manda de verdad. Hay una diferencia entre la gente como Dios manda y la gente como Dios manda de verdad. Los segundos son los que más esfuerzos hacen para que nadie se entere de nada cundo se emborrachan. De esos en Corinth apenas había un puñado.”